Según la disposición tradicional de la producción por lotes, las máquinas y el
personal se agrupan en departamentos, en cada uno de los cuales se ejecutan
funciones distintas: por ejemplo, un departamento se dedica al torneado, otro al
taladrado, un tercero al fresado, etc. La ventaja de este esquema es que permite
una gran flexibilidad y un alto grado de utilización de la capacidad de las
máquinas. Uno de sus grandes inconvenientes es que el volumen de productos en
curso de fabricación y, por lo tanto, el capital de explotación inmovilizado en
dichos productos son siempre elevados. Por otra parte, el trabajo en una fábrica
de este tipo está sumamente fragmentado. A un individuo o grupo de individuos
le es difícil establecer una relación entre sus propias funciones y la actividad
global de la empresa. Por consiguiente, también le es difícil participar activamente
en la planificación del trabajo y en el logro de los objetivos fijados por la empresa.
No hay comentarios:
Publicar un comentario