Otra regla o pauta empírica de organización de la producción que ha sido objeto
de creciente interés en los últimos años es que se debe tratar de conseguir una
actividad de producción estable con un mínimo de trastornos.
A estos efectos hay
que responder a las siguientes exigencias con, entre otras:
□ un esquema sencillo de recorrido, de modo que los trabajadores tengan en
lo posible una visión global del proceso y que resulte más fácil planificar el
trabajo;
□ una tecnología que permita un funcionamiento seguro y regular, con un nivel
óptimo de mecanización, de modo que las dificultades técnicas no pasen de
límites razonables;
□ una organización del trabajo que evite los trastornos, de modo que todas las
fases decisivas para la producción estén organizadas en paralelo y que las
particularmente vulnerables estén rodeadas de reguladores de diferentes
tipos.
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