Todos los datos previstos en el membrete del formulario (salvo la horade término y el tiempo
transcurrido) se anotaron antes de poner en marcha el cronómetro y empezar el estudio.
Si éste hubiese sido el primer estudio de la operación, el analista habría detallado los
elementos y cortes en la columna de la izquierda, «Descripción del elemento», pero en este caso
no era necesario porque los datos figuraban ya en la ficha ilustrada en la figura 118. En cambio,
el analista tiene que observar unos cuantos ciclos de la operación para cerciorarse de que el obrero
aplica el método consignado y para familiarizarse con los cortes antes de empezar a apuntar. Los
elementos se identificaron sencillamente con letras, de A a G.
El analista puso el cronómetro en marcha a las 9.47 en punto, por el reloj de la oficina o por
su propio reloj de pulsera.
El cronómetro anduvo 1,72 minutos antes de que empezara el ele-
mento A del primer ciclo, y esa cifra es la primera que se apunta, con la indicación «Antes del
cronometraje». Como se trata de un estudio con el método acumulativo, se deja andar el cronó-
metro sin parar hasta el final. Incluso cuando el analista interrumpe el estudio después de observar
18 ciclos, deja el cronómetro en marcha hasta que en el reloj de la oficina el minutero marca un
minuto en punto (a las 10.25). Anota esa hora y entonces sí detiene el cronómetro.
Esos apuntes
finales aparecen al pie de la figura 122.
Las cuatro columnas utilizadas en el cronometraje acumulativo son: «Valoración» (V.),
«Cronometraje» (C.), «Tiempo restado» (T.R.) y «Tiempo básico» (T.B.). La valoración precede
a los demás datos porque es preferible que el observador se forme su idea del ritmo de trabajo
mientras está en curso el elemento, y no después de cronometrarlo. Si se hubiera aplicado el método
de vuelta a cero, no se habría necesitado la columna C.
Sólo se van llenando durante las observaciones los columnas V. y C. Las otras dos se llenan
posteriormente, en la oficina. En la práctica, las cifras consignadas en el propio taller se anotan
con lápiz, y las calculadas en la oficina, con tinta o con un lápiz de otro color.
En este ejemplo, el analista numeró los ciclos observados acotando una cifra (de 1 a 18) con
un círculo alrededor a la izquierda de la columna «Descripción del elemento».
Al apuntar los tiempos no se necesita señalar las decimales. El primer asiento, o sea el tiempo
antes del cronometraje, 172, significa 1,72 minutos.
El tiempo siguiente se observó 1,95 minutos
después de ponerse en marcha el cronómetro, pero basta con apuntar 95. El tercer asiento, 220,
indica que habían transcurrido desde el principio 2,20 minutos; ahí las cantidades vuelven a ser
de dos cifras hasta que pasa otro minuto más. Durante el ciclo 15 (consignado en la figura 122),
el tiempo total del estudio superó los 30 minutos, o sea el tiempo que tarda la manecilla de la cara
pequeña del cronómetro en dar toda la vuelta. Como el estudio continuó mientras la manecilla
empezaba otra vuelta, los tiempos observados comienzan de nuevo por 1. Obsérvese que el
cronometraje del elemento F del ciclo 15 era de 106, lo que significa, evidentemente, 31,06 minutos
después que se puso en marcha el cronómetro.
El elemento E - « Esperar que máquina acabe de fresar» - no representa trabajo y, por tanto,
0 no se valoró su ritmo, ni tampoco se señaló una cantidad en la columna «Tiempo básico».