El pionero de la clasificación de movimientos fue Frank B. Gilbreth, cuyos
therbligs, o subdivisiones de los movimientos de las manos, o de las manos y los
ojos, fueron el concepto clave para hacer progresar el estudio de movimientos.
Dos de las ideas fundamentales que inspiraron a Gilbreth eran que efectuar un
análisis crítico detallado de los métodos de trabajo estimula de por sí el ingenio
para mejorar dichos métodos, y que se puede evaluar la eficacia de varios métodos
posibles de trabajo comparando sencillamente el número de movimientos que
exige cada uno, puesto que, lógicamente, el mejor será el que menos movimientos
exija.
Corresponde a A. B. Segur el mérito de haber añadido la dimensión
«tiempo» al estudio de movimientos; en 1927 declaró que «dentro de límites
prácticos, el tiempo que necesitan todos los expertos para ejecutar movimientos
verdaderamente fundamentales es un valor constante»1. Segur ideó el primer
sistema de normas de tiempo predeterminadas, denominándolo «análisis de
tiempos de movimientos», pero es muy poco el conocimiento público que se tiene
de él, porque su autor lo explotó como profesional del asesoramiento a los jefes
de empresa, obligando a sus clientes a mantenerlo secreto.
El siguiente jalón importante fue la labor de J. H. Quick y sus colaboradores,
que en 1934 crearon el «sistema de factor trabajo» (Work Factor)1. Al igual que
el de Segur, este sistema fue explotado por sus autores en sus actividades de consultores de dirección y con el tiempo fue adoptado por gran número de empresas.
Durante la Segunda Guerra Mundial y la posguerra se inventaron
muchísimos sistemas NTPD de distintas clases. Entre ellos se destaca el de
«medición de tiempos-métodos» (MTM), que está muy difundido en el mundo
entero. En vista de su importancia, es el que se utilizará aquí para ilustrar la forma
en que se establecen las normas de tiempo predeterminadas.
El sistema MTM fue inicialmente ideado por tres especialistas empleados
por la Westinghouse Electric Corporation en los Estados Unidos: H. B. Maynard,
G. J. Stegemcrten y J. L. Schwab. Los resultados de sus estudios se publicaron,
poniéndose así por primera vez a disposición de todo el mundo detalles completos
sobre un sistema de normas de tiempo predeterminadas. Además, se crearon en
los diversos países asociaciones MTM independientes, sin fines lucrativos, que
controlan los niveles de formación y la aplicación del sistema y que prosiguen su
estudio y perfeccionamiento. Dichas asociaciones fundaron un órgano inter-
nacional de coordinación, la Dirección Internacional MTM. En 1965 surgió una
forma simplificada de MTM, denominada MTM-2, que estimuló una rápida
difusión del empleo del sistema. Asimismo, ha aparecido un cierto número de
sistemas derivados para tipos específicos de trabajos, como el de oficina o el de
mantenimiento.
No hay comentarios:
Publicar un comentario