Una vez elegido el trabajo que se va a analizar, el estudio de tiempos suele constar
de las ocho etapas siguientes (véase asimismo figura 86):
- Obtener y registrar toda la información posible acerca de la tarea, del operario y de las condiciones que puedan influir en la ejecución del trabajo.
- Registrar una descripción completa del método descomponiendo la operación en «elementos».
- Examinar ese desglose para verificar si se están utilizando los mejores métodos y movimientos, y determinar el tamaño de la muestra.
- Medir el tiempo con un instrumento apropiado, generalmente un cronómetro, y registrar el tiempo invertido por el operario en llevar a cabo cada «elemento» de la operación.
- Determinar simultáneamente la velocidad de trabajo efectiva del operario por correlación con la idea que tenga el analista de lo que debe ser el ritmo tipo.
- Convertir los tiempos observados en «tiempos básicos».
- Determinar los suplementos que se añadirán al tiempo básico de la operación.
- Determinar el «tiempo tipo» propio de la operación.
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