En la sección 3 del capítulo anterior dividimos el estudio de tiempos en ocho
etapas o fases y examinamos las cuatro primeras; vamos a examinar ahora la
quinta: « Determinar... la velocidad de trabajo efectiva del operario por correlación
con la idea que tenga el analista de lo que debe ser el ritmo tipo.»
La forma como abordaremos este problema se basa en la experiencia
pedagógica adquirida por las misiones de productividad y perfeccionamiento del
personal de dirección de la OIT, y parece ser la que mejor se adapta a las
circunstancias en la mayoría de los países en que probablemente se emplee
este libro.
La valoración del ritmo y los «suplementos» (tratados en el próximo
capítulo) son los dos temas más discutidos del estudio de tiempos. Ese estudio,
en efecto, tiene casi siempre por objeto en las empresas determinar tiempos tipo
para fijar el volumen de trabajo de cada puesto y establecer sistemas de primas.
Los procedimientos empleados repercuten, pues, en los ingresos de los
trabajadores, y no sólo en la productividad, sino también quizá en los beneficios
de la empresa. El estudio de tiempos no es una ciencia exacta, aunque se han
hecho y se continúan haciendo muchas investigaciones para tratar de darle base
científica. Sin embargo, la valoración del ritmo de trabajo del operario y los
suplementos de tiempo que se deben prever para recuperarse de la fatiga y para
otros fines siguen siendo en gran parte cuestión de criterio y por lo tanto objeto
de negociación entre la empresa y los trabajadores.
Se han ideado varios métodos para evaluar el ritmo de trabajo del operario,
y cada uno tiene sus ventajas e inconvenientes. Los que se exponen en el presente
capítulo corresponden a los aplicados corrientemente con buenos resultados. Bien
aplicados, serán aceptables tanto para la dirección como para los trabajadores,
particularmente cuando se utilicen para determinar normas en la producción en
serie de mediana importancia, que es la más común en el mundo entero, fuera de
los Estados Unidos y de algunas empresas especializadas de los demás países.
Indudablemente, proporcionarán al lector un sistema básico sólido que le servirá
para la mayoría de casos y que podrá perfeccionar más adelante si la naturaleza
especial de la operación exige, por ejemplo, que se mida otra cosa, y no la
velocidad.
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