Si existe la probabilidad de que el trabajo estudiado se realice en serie,
posiblemente por un gran número de operarios, es importante que el estudio se
base en varios trabajadores calificados.
En la práctica del estudio de tiempos se hace la distinción entre los
trabajadores llamados «representativos» y los «calificados». Es representativo
aquel cuya competencia y desempeño corresponden al promedio del grupo
estudiado, lo que no coincide necesariamente con el concepto de trabajador
calificado. Este último concepto tiene su importancia en el estudio de tiempos,
y es oportuno definirlo expresamente:
Esa insistencia en seleccionar trabajadores calificados tiene su razón de ser.
Al fijar tiempos tipo, sobre todo cuando vayan a servir para calcular primas,
deberá procurarse que sean de un nivel que pueda alcanzar y mantener un
trabajador calificado sin excesiva fatiga. Como cada cual trabaja a distinta
velocidad, los tiempos registrados deben ajustarse para determinar ese nivel,
aplicándoles factores que dependen del criterio del especialista en estudio del
trabajo.
La experiencia ha demostrado que las cifras exactas se sitúan dentro de
un margen de velocidades bastante limitado, alrededor de lo normal para un
trabajador calificado. Observando a trabajadores lentos o no calificados, o bien
excepcionalmente rápidos, se suele llegar a tiempos demasiado largos (o sea
«holgados»), y por tanto antieconómicos, o demasiado cortos (o sea «ajustados»),que son injustos para el trabajador medio y que más tarde probablemente sean
motivo de quejas.
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