Antes de emprender el estudio es importante comprobar el método empleado por
el operario. Si el propósito del estudio es fijar un tiempo tipo, ya se habrá hecho
el estudio de métodos y se habrá establecido la hoja de instrucciones. En tal caso
basta comparar lo que se hace de hecho con lo que especifica la hoja. Si el estudio
se debe a que un operario se quejó de no lograr la producción fijada en el estudio
anterior, habrá que comparar muy cuidadosamente el método del operario con el
utilizado cuando se efectuó el primer estudio. Es frecuente comprobar en tales
casos que el operario no se atiene a las instrucciones originales: tal vez emplea
otras herramientas u otro montaje, velocidad o avance de la maquinaria, o está
haciendo movimientos innecesarios, o bien han variado la temperatura u otras
condiciones del proceso.
Quizá estén desafiladas las herramientas cortantes, o bien fueron afiladas
con un bisel inadecuado. Claro está que los tiempos tomados en esas condiciones
o en otras condiciones impropias no sirven para calcular tiempos tipo.
En trabajos repetitivos de ciclo breve, como los efectuados en bandas
transportadoras (montar piezas pequeñas, empaquetar galletas, clasificar
baldosas), los cambios de método probablemente sean mucho más difíciles de
descubrir, porque a menudo se deben a que el operario mueve los brazos y manos
en otra forma (cambió su «esquema de movimientos»), lo cual no se observa a
simple vista y exige aparatos especiales para analizar el cambio.
Hemos subrayado repetidamente en este libro la necesidad de efectuar un
estudio de métodos adecuado antes de empezar las operaciones para fijar tiempos
tipo, pero en ciertas ocasiones no hay más remedio que prescindir de ese estudio
de métodos completo, siendo el caso más típico el de tareas cortas que sólo se
ejecutan en el taller unas pocas veces al año. En tales casos el especialista deberá
anotar minuciosamente el método empleado, después de subsanar las deficiencias
evidentes, por ejemplo, colocando recipientes para el trabajo acabado en el lugar
más cómodo o rectificando la velocidad de las máquinas. Esas notas tienen
particular importancia porque serán la única constancia que quede, y las
probabilidades de desviación aumentan cuando no se ha señalado al operario un
método bien determinado
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