La implantación de un método revisado es siempre importante. Si la implantación
se efectúa torpemente, el nuevo método tiene pocas posibilidades de dar resultado.
Sin embargo, los principios aplicados para la implantación y luego el
mantenimiento de un nuevo método en un entorno de oficinas son exactamente
idénticos a los aplicados para implantar métodos nuevos en el taller.
La capacitación y el sostén de los que participan en el cambio son esenciales.
La primera tarea consiste en asegurarse de que saben exactamente lo que se espera
de ellos. Algunas organizaciones disponen de manuales de procedimientos
regulares en los que están explicadas todas las rutinas administrativas. Cuando
se implanta por primera vez un nuevo sistema o procedimiento, puede resultar
necesario complementar la descripción formal con unas hojas de capacitación c
instrucción concreta y/o con cursillos de formación. Es útil elaborar algún tipo
de hojas de información sobre los cambios para que los trabajadores puedan ver
lo que se hacía con el sistema o procedimiento antiguo y captar inmediatamente
lo que deben hacer con el nuevo.
Cuando existen manuales sobre los procedimientos, es vital que se
mantengan actualizados. Debe haber alguna manera de velar por que, cuando se
introduce un cambio en un sistema o procedimiento, todos los ejemplares de los
manuales se actualicen y todas las personas que los aplican, por remota u
ocasionalmente que sea, tengan conocimiento del cambio y de sus repercusiones
en su tarea.
Cuando un sistema o procedimiento se modifica podrán surgir algunas
dificultades iniciales. Algunas de éstas pueden carecer de importancia, pero si
son numerosas podrían juntas plantear un problema grave o disminuir la confianza
en los cambios. Por consiguiente, conviene que la puesta en práctica esté
cuidadosamente supervisada y que se puedan introducir pequeñas modificaciones,
de ser necesario, antes de que los problemas se agraven.
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