Las fases finales del procedimiento básico son tal vez las más difíciles, y se
necesita entonces la cooperación activa de la dirección y de los sindicatos. Ahí
adquieren especial importancia las dotes personales del especialista en estudio
del trabajo, su capacidad para explicar clara y sencillamente lo que propone, su
don de gentes y su aptitud para inspirar confianza.
La implantación del nuevo método puede subdividirse en cinco fases:
1) Obtener la aprobación de la dirección.
2) Conseguir que acepte el cambio el jefe del departamento o del taller.
Ya hemos examinado esas dos etapas y sería inútil empeñarse en seguir
adelante si han sido un fracaso.
3) Conseguir que acepten el cambio los operarios interesados y sus
representantes.
4) Enseñar el nuevo método a los trabajadores.
5) Seguir de cerca la marcha del trabajo hasta tener la seguridad de que se
ejecuta como estaba previsto.
Si se proponen cambios que influyan en el número de trabajadores
empleados en la operación, como suele ocurrir, deberá consultarse lo antes posible
a los representantes de los trabajadores. Los planes para cambiar la distribución
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