Los resultados de esta fase de evaluación se incluyen en el informe del
proyecto, quizá con la recomendación de una línea de acción, que se somete a la
dirección del sector que se está examinando. La forma de presentación de este
informe puede estar determinada por un «estilo» de la organización. Cuando así
no sucede, el profesional encargado del informe debe seguir simplemente la regla
«A-B-C» asegurándose de que el informe es:
Las conclusiones contenidas en este informe no deben sorprender a los
lectores puesto que el estudio de los métodos ha sido objeto de discusiones. El
objetivo del informe es resumir la investigación, presentar las conclusiones,
aportar datos de evaluación y formular recomendaciones apoyadas en su
contenido.
Cuando se recomienda muy firmemente la aplicación de un nuevo método
particular y se prevé claramente que se va a adoptar la decisión consiguiente, el
informe puede incluir un plan detallado de aplicación de los cambios que se han
de adoptar. En caso contrario, la elaboración del plan detallado puede dejarse
hasta después de que se haya adoptado la decisión, pero se deberá elaborar un
esbozo de plan con el fin de que los costos de aplicación se puedan incluir en la
valoración de los diversos métodos.
Si la investigación se ha realizado de una manera estructurada y sistemática
y el informe se ha elaborado correctamente, el director estará en una situación
óptima para adoptar una decisión racional y la reputación del investigador se
afianzará
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