Es evidente que si el elemento es variable se necesitarán muchas más
observaciones que si es constante antes de llegar a tiempos básicos verdade-
ramente representativos. Más vale saberlo desde el principio, porque así se puede
planear el estudio de modo que abarque todas las condiciones y variables que
tengan probabilidad de darse en la práctica.
También es conveniente esforzarse
desde el comienzo por descubrir la mejor coordenada a que referir los tiempos,
probando diversos gráficos posibles hasta que se discierna algún indicador
satisfactorio de la causa de las variaciones. Una vez que se conoce la base de la
relación se pueden organizar los estudios subsiguientes en función de los datos
que hagan todavía falta. Si se deja el análisis esencial para después de las
observaciones, es posible que muchas de ellas resulten ser repeticiones
innecesarias de lo ya sabido.
No es posible recomendar un método que siempre dé buenos resultados
cuando se analicen elementos variables de todas clases.
Cada uno debe tratarse
como caso aparte. Quizá sea éste el sector del estudio de tiempos donde más
compense escudriñar atentamente los métodos de trabajo del operario, porque si
no rara vez se descubrirá qué es exactamente lo que hace variar los tiempos
básicos. Incluso cuando se conocen las causas, a menudo queda margen para
ejercitar el ingenio a fin de idear una base sencilla, que refleje las grandes
variables y ponga de manifiesto una relación indudable y capaz de ser repetida.
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