Para poder comparar acertadamente el ritmo de trabajo observado con el ritmo
tipo hace falta una escala numérica que sirva de metro para calcularlos.
La valoración se puede utilizar entonces como factor por el cual se multiplica el tiempo observado para obtener el tiempo básico, o sea el tiempo que tardaría en realizar el elemento al ritmo tipo el trabajador calificado con suficiente motivo para aplicarse. Actualmente se utilizan varias escalas de valoración, pero las más corrientes son la 100-133, la 60-80, la 75-100 y la norma británica 0-100, que es la empleada en esta obra y viene a ser una variante de la 75-100. En el cuadro 17 se ilustran diversos ejemplos de ritmo de trabajo expresados en función de esas escalas.
La valoración se puede utilizar entonces como factor por el cual se multiplica el tiempo observado para obtener el tiempo básico, o sea el tiempo que tardaría en realizar el elemento al ritmo tipo el trabajador calificado con suficiente motivo para aplicarse. Actualmente se utilizan varias escalas de valoración, pero las más corrientes son la 100-133, la 60-80, la 75-100 y la norma británica 0-100, que es la empleada en esta obra y viene a ser una variante de la 75-100. En el cuadro 17 se ilustran diversos ejemplos de ritmo de trabajo expresados en función de esas escalas.
En las escalas 60-80, 75-100 y 100-133, el valor más bajo se atribuyó en
cada caso al ritmo de trabajo de un operario retribuido por tiempo, y el más
elevado, que es siempre superior en un tercio, al que hemos llamado «ritmo tipo»,
o sea el del obrero calificado debidamente motivado para aplicarse en su trabajo,
por ejemplo gracias a un sistema de remuneración por rendimiento. Se había
supuesto que los trabajadores remunerados por rendimiento efectúan en promedio
una tercera parte más de trabajo que los demás. Esta hipótesis ha sido confirmada
de sobra por la experiencia práctica de muchos años, pero no tiene mayor
importancia para construir una escala de valoración. Todas las escalas son lineales,
y por tanto no se necesita señalar un punto intermedio entre el cero y la cifra que
haya de representar al ritmo tipo, tal como ha quedado definido. Sea cual sea la
escala empleada, los tiempos tipo que se obtengan deberían ser equivalentes,
puesto que el trabajo en sí no cambia aunque se utilicen distintas escalas para
valorar el ritmo a que se lleva a cabo.
Sin embargo, la escala más reciente 0-100 tiene ciertas ventajas importantes
que la han hecho adoptar como norma británica. También se recomienda a los
lectores de esta obra. Además, es la que se usa en todos los ejemplos que siguen.
En dicha escala, 0 representa la actividad nula y 100 el ritmo normal de trabajo
del obrero calificado motivado, es decir, el ritmo tipo.
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