En su afán de mejorar la productividad y la rentabilidad, las empresas japonesas
llegaron a considerar las existencias como innecesarias y ruinosas. Toyota fue la
primera empresa que estableció un método para reducir drásticamente las
existencias, ya fueran de mercancías en curso de fabricación o productos
almacenados: Kanban, o «gestión de las existencias justo a tiempo». La idea
básica es que con los métodos tradicionales el departamento de compra adquiere
la materia prima y la empuja a través de las operaciones. Con el método justo a
tiempo (JAT) el material se hace avanzar a un puesto de trabajo desde el anterior
y, en última instancia, desde el almacén de materias primas. Del mismo modo, se
arrastra también desde los suministradores sólo cuando se necesita, y en las
cantidades deseadas. Las existencias se reducen a los niveles absolutamente
mínimos y se eliminan casi totalmente las reservas reguladoras.
Con la experiencia, el método JAT pasó a ser un principio de la gestión y un
enfoque diferente de la planificación y el control de la producción, así como del
control de las existencias. Si queremos reducir los costos de inactividad, debemos
pasar pedidos en pequeñas cantidades. De ello se deduce que deberíamos tratar
de tener unas cantidades correspondientes uniformes de productos en curso de
fabricación. Se deduce asimismo que debemos suprimir las irregularidades en el
flujo de la producción, ya que de lo contrario se producirán algunas piezas que
se mantendrán como existencias hasta que otras piezas se procesen y pueda
pasarse al montaje. Esto significa que hemos de medir el tiempo del ciclo de cada
operación, capacitar a los trabajadores para que desempeñen diversas funciones
y proceder a la normalización del procesamiento de lotes uniformes uno a la vez.
En la figura 84 se representa un diagrama esquemático del método JAT.
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