Las contracciones musculares se inician debido a la inervación neural del cerebro y la médula espinal,
los cuales forman en conjunto el sistema nervioso central. Una neurona motora típica o célula
nerviosa que se dirija hacia el músculo proveniente del sistema nervioso central puede inervar o
tener conexiones con varios cientos de fi bras musculares.
El cociente de innervación del número de fi bras por neurona varía de menos de 10 en los músculos pequeños del ojo hasta más de 1 000 de los grandes músculos de la pantorrilla y pueden variar de manera signifi cativa aun dentro del mismo músculo. Dicho arreglo funcional se conoce con el nombre de unidad motora y tiene implicaciones importantes en el control de los movimientos.
Una vez que se ha estimulado una neurona, el potencial eléctrico se transfi ere de manera simultánea a todas las fi bras musculares inervadas por ella y la unidad motora actúa como una unidad de control contráctil o motora. Asimismo, el sistema nervioso central tiende a admitir dichas unidades motoras de manera selectiva aumentando su tamaño a medida que sean necesarias fuerzas musculares mayores (fi gura 4.11). Las unidades motoras inicialmente admitidas son de tamaño pequeño con sólo unas pocas fi bras musculares y bajas fuerzas producidas. Sin embargo, como éstas son pequeñas y de baja tensión, el cambio de la producción de fuerzas de una a dos o más unidades motoras admitidas es muy gradual y se puede generar una precisión muy fi na en el control de movimientos. En las últimas etapas de la admisión de movimiento, la fuerza muscular total es elevada y cada unidad motora adicional admitida signifi ca un gran incremento de la fuerza, con muy poca sensibilidad en términos de precisión o control.
A esta propiedad muscular a menudo se le conoce como el principio del tamaño. La actividad eléctrica de los músculos, llamada electromiogramas (EMG), es una medida de gran utilidad de la actividad muscular local. Dicha actividad se mide mediante electrodos de grabación que se colocan en la superfi cie de la piel sobre los músculos de interés, y después se modifi can y se procesan la amplitud y frecuencia de la señal. En el análisis de la amplitud, normalmente la señal se rectifi ca y se aplana (con un circuito resistencia-capacitancia). El resultado mantiene una relaciónrazonablemente lineal con la fuerza muscular ejercida (Bouisset, 1973).
El cociente de innervación del número de fi bras por neurona varía de menos de 10 en los músculos pequeños del ojo hasta más de 1 000 de los grandes músculos de la pantorrilla y pueden variar de manera signifi cativa aun dentro del mismo músculo. Dicho arreglo funcional se conoce con el nombre de unidad motora y tiene implicaciones importantes en el control de los movimientos.
Una vez que se ha estimulado una neurona, el potencial eléctrico se transfi ere de manera simultánea a todas las fi bras musculares inervadas por ella y la unidad motora actúa como una unidad de control contráctil o motora. Asimismo, el sistema nervioso central tiende a admitir dichas unidades motoras de manera selectiva aumentando su tamaño a medida que sean necesarias fuerzas musculares mayores (fi gura 4.11). Las unidades motoras inicialmente admitidas son de tamaño pequeño con sólo unas pocas fi bras musculares y bajas fuerzas producidas. Sin embargo, como éstas son pequeñas y de baja tensión, el cambio de la producción de fuerzas de una a dos o más unidades motoras admitidas es muy gradual y se puede generar una precisión muy fi na en el control de movimientos. En las últimas etapas de la admisión de movimiento, la fuerza muscular total es elevada y cada unidad motora adicional admitida signifi ca un gran incremento de la fuerza, con muy poca sensibilidad en términos de precisión o control.
A esta propiedad muscular a menudo se le conoce como el principio del tamaño. La actividad eléctrica de los músculos, llamada electromiogramas (EMG), es una medida de gran utilidad de la actividad muscular local. Dicha actividad se mide mediante electrodos de grabación que se colocan en la superfi cie de la piel sobre los músculos de interés, y después se modifi can y se procesan la amplitud y frecuencia de la señal. En el análisis de la amplitud, normalmente la señal se rectifi ca y se aplana (con un circuito resistencia-capacitancia). El resultado mantiene una relaciónrazonablemente lineal con la fuerza muscular ejercida (Bouisset, 1973).
Figura 4.11 Agrupación de | músculos que demuestran el principio | del tamaño. |
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