Debido a la naturaleza de los enlaces de los segmentos del cuerpo (los cuales típicamente se aproximan
a las articulaciones), es más fácil que el ser humano produzca movimientos curvos, esto es, que
gire alrededor de una articulación. Los movimientos en línea recta que involucran cambios repentinos
y agudos de dirección requieren de más tiempo y son menos precisos. Esta ley puede demostrarse fácilmente
si se mueve cualquiera de las manos siguiendo un patrón rectangular y después moviendo la
misma mano, ahora con un patrón circular de aproximadamente la misma magnitud. Es muy evidente
la gran cantidad de tiempo que se requiere para realizar los cambios repentinos de dirección de 90°.
Para realizar un cambio de dirección, la manos deben desacelerarse, cambiar de dirección y acelerarse
hasta que sea el momento de desacelerar de nuevo para hacer el siguiente cambio de dirección.
Los movimientos curvos continuos no requieren desaceleración y, en consecuencia, se llevan a cabo
más rápido por unidad de distancia. Lo anterior se demuestra de una manera muy precisa en la fi gura
4.13, con sujetos que realizan movimientos posicionales con la mano derecha en ocho direcciones en
un plano horizontal a partir de un punto de comienzo central. El movimiento de la izquierda inferior
a la derecha superior (giro alrededor del codo) requirió 20% menos de tiempo que el movimiento
perpendicular desde la derecha inferior hasta la izquierda superior (movimientos adicionales no normales
lineales de los brazos y hombros).
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