En ciertas clases de operaciones, particularmente las de ciclo muy corto que se
repiten miles de veces, como empaquetar caramelos o encajonar latas de conser-
vas, vale la pena examinar la operación con mucho mayor detalle para determinar
dónde es posible ahorrar movimientos y esfuerzos y ordenar la sucesión de gestos
de manera que el operario pueda repetir la operación con el mínimo de esfuerzo y
de fatiga.
Las técnicas que se utilizan frecuentemente aprovechan la posibilidad de
filmar al operario y se denominan colectivamente estudio de mícromovimientos.
En los primeros tiempos del estudio del trabajo, para el estudio de los
micromovimientos se utilizaban diagramas especiales como el simograma, y
símbolos particulares conocidos como therbligs.
En la actualidad, se los ha
reemplazado por las normas de tiempo predeterminadas (véase la Cuarta parte de
este libro) y por el uso de la película y el vídeo.
La película permite una utilización más flexible que el vídeo, pero este
último tiene la ventaja de ser menos costoso y de uso más fácil. Además, si se
dispone de un buen aparato de lectura, se pueden obtener una ralentización y
cuadros fijos de calidad muy satisfactoria.
Las ventajas de la película y el vídeo respecto de la observación directa
consisten en que:
a) registran más detalles que el ojo humano;
b) dejan una constancia más exacta que el método del lápiz, papel y
cronómetro;
c) son más prácticas;
d) proporcionan un verdadero documento;
e) contribuyen al perfeccionamiento de los propios especialistas del trabajo.
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