iCuatro factores principales relacionados con el trabajo parecen ser los que generan el desarrollo de CTD: 1) fuerza excesiva, 2) movimientos no naturales o de los extremos de las articulaciones, 3) gran número de repeticiones y 4) duración del trabajo. Dentro de los síntomas más comunes asociados con el CTD se incluyen: dolor, limitaciones de los movimientos de las articulaciones e infl amación del tejido blando. En las primeras etapas pueden existir algunos signos visibles; sin embargo, si
los nervios están afectados, pueden dañarse las respuestas sensoriales y el control de movimientos.
Si no es tratado, los CTD pueden provocar una incapacidad permanente. La mano humana es una estructura compleja de huesos, arterias, nervios, ligamentos y tendones.
Los dedos están controlados mediante los músculos carpio extensor y carpio fl exor del antebrazo. Los músculos están conectados a los dedos mediante tendones, los cuales pasan a través de un canal en la muñeca, formado por los huesos de la parte trasera de la mano de un lado y por el ligamento carpiano transverso del otro lado. A través de dicho canal, llamado túnel carpal, también pasan varias arterias y nervios (vea la fi gura 5.22). Los huesos de la muñeca se conectan a los dos huesos largos del antebrazo, el cúbito y el radio. El radio está conectado al lado del dedo pulgar de la muñeca mientras que el cúbito se conecta al lado del dedo meñique. La orientación de la articulación de la muñeca
permite el movimiento en dos planos, a 90° entre sí (vea la fi gura 5.23). El primero permite la fl exión y la extensión mientras que el segundo hace posible la desviación del cúbito y el radio. Asimismo, la rotación del antebrazo puede dar como resultado una pronación con la palma hacia abajo o una supinación con la palma hacia arriba.
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