La posibilidad de incorporar en el trabajo corriente del operario la
preparación de las máquinas y otras funciones similares depende de una serie de
factores, entre los que cabe mencionar:
□ el grado de dificultad y el tiempo disponible para efectuar la preparación;
□ la frecuencia de las operaciones de preparación:
el grado de rigidez de las demás tareas de producción;
□ la necesidad de equipo auxiliar especial para ejecutar dicha operación.
Ejemplo.
Una empresa metalúrgica trabaja con instalaciones accionadas
electrónicamente. En uno de los departamentos hay un operario a quien se ha
dado formación para que él mismo pueda programar el equipo. Le es posible así
ejecutar tanto el trabajo «tradicional» como la programación del equipo
electrónico que gobierna la máquina herramienta, y por lo tanto trabaja al mismo
tiempo de programador y de operador de máquina. Este ejemplo demuestra que
en ciertos casos resulta posible integrar tareas incluso relativamente difíciles y
especializadas en un puesto normal de producción.
Por lo que se refiere a la integración de las tareas de manipulación de
materiales a proximidad del puesto de trabajo, entre los factores más decisivos
figuran los siguientes:
□ la naturaleza del producto;
□ el volumen de materiales que se debe manipular;
U la concepción del sistema de transporte;
13 el grado de rigidez de la operación de producción.
Asimismo, es posible integrar en el proceso de producción un número más
o menos grande de actividades relacionadas con la calidad. Esta posibilidad es
válida tanto para las tareas de inspección y de medida como para las operaciones
destinadas a eliminar los defectos constatados en ciertos productos.
Tal como ya
se ha visto en el capítulo 13, desde hace cierto tiempo la industria se ocupa de
sensibilizar al personal de producción respecto de los problemas de calidad y de
asociar a todos los trabajadores a los esfuerzos realizados para lograr productos
sin defectos. Por tal razón, los servicios especializados que se encargan de
controlar la calidad y de tomar medidas correctivas tienden a perder importancia,
en la medida en que ese control se integra cada vez más en la producción.
Estos son algunos ejemplos de cómo se pueden mejorar unas tareas directas
de producción añadiéndoles diversas tareas auxiliares. En este campo no existen
soluciones sencillas y universales; hay que examinar cada caso con sus
características particulares. Sin embargo, el principio que se debe seguir al tomar
las decisiones es que debe de haber alguna solución práctica que funcione sin
tropiezos, y que las tareas siempre se pueden ampliar lo suficiente para que
abarquen las variaciones de cada día y no resulten excesivamente monótonas.
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