viernes, 31 de mayo de 2013

Suplementos por descanso - II

Como se indicó antes, diversas organizaciones de investigación han hecho numerosos estudios a fin de tratar de establecer un sistema más racional para el cálculo de los suplementos variables. Hay una gran cantidad de tablas de suplementos por descanso. 
La mayoría de los consultores de dirección de todos los países tienen cada uno sus propias tablas de cálculo. El apéndice 3 presenta un ejemplo de tablas de suplementos por descanso calculados con un sistema de puntos. Se las reproduce aquí solamente a título de ilustración y la OIT no las avala de ninguna manera. Muchas de estas tablas parecen dar buenos resultados en la práctica. No obstante, recientemente se ha comprobado que muchas de las escalas de suplementos por fatiga establecidas empíricamente en un laboratorio, si bien responden satisfactoriamente a las exigencias fisiológicas de un trabajo que requiere esfuerzos normales o de moderada intensidad, pecan por defecto cuando se aplican a trabajos muy pesados; por ejemplo, en los altos hornos. 
Por todos los motivos citados en este capítulo, cuando se utiliza una de las escalas tipo es prudente verificar siempre cuánto margen deja para el descanso observando durante jornadas enteras la cantidad de tiempo que los trabajadores dedican en realidad al descanso, en una u otra forma, y comparándola con el suplemento previsto. Esas verificaciones muestran, por lo menos, si la escala es en general demasiado estricta o demasiado generosa. Los suplementos por descanso se expresan como porcentajes del tiempo básico y, como ya se ha indicado, se calculan normalmente elemento por elemento. Esto es particularmente cierto cuando el esfuerzo invertido en los respectivos elementos varia mucho (por ejemplo, si al principio y al final de una operación hay que izar y bajar de una máquina alguna pieza pesada). Si, por otra parte, se considera que ningún elemento de la tarea causa mayor o menor cansancio que los demás, lo más sencillo es sumar primero todos los tiempos
básicos de los elementos y añadir los suplementos como porcentaje único al total.

jueves, 30 de mayo de 2013

Suplementos por descanso - I

Suplemento por descanso es el que se añade al tiempo básico para dar al trabajador la posibilidad de reponerse de los efectos fisiológicos y psicológicos causados por la ejecución de determinado trabajo en determinadas condiciones y para que pueda atender a sus necesi- dades personales. 
Su cuantía depende de la naturaleza del trabajo. Los suplementos por descanso se calculan de modo que permitan al trabajador reponerse de la fatiga. Se entiende aquí por fatiga el cansancio físico y/o mental, real o imaginario, que reduce la capacidad de trabajo de quien lo siente. Sus efectos pueden atenuarse previendo descansos que permitan al cuerpo y a la mente reponerse del esfuerzo realizado, o aminorando el ritmo de trabajo, lo que reduce el desgaste de energía. 
Normalmente, los suplementos por fatiga se añaden elemento por elemento a los tiempos básicos, de modo que se calcula por separado el total de trabajo de cada elemento, y los respectivos tiempos se combinan para hallar el tiempo tipo de toda la tarca u operación. En cambio, con los suplementos que se necesiten para compensar climas extremos no se puede hacer lo mismo, puesto que el elemento tal vez se ejecute una vez cuando el aire esté fresco y otra cuando apriete el calor. Los suplementos por variaciones climáticas deben aplicarse al turno de trabajo o a la jornada de trabajo, más bien que al elemento o tarea, de modo que se reduzca la cantidad de trabajo que se espera del trabajador al término del turno o del día. El tiempo tipo de la tarea permanece inalterado, que se ejecute en verano o en invierno, dado que debe servir para medir el trabajo que contiene la tarea.
Los suplementos por descanso tienen dos componentes principales: los suplementos fijos y los suplementos variables. Los suplementos fijos, a su vez, se dividen en los siguientes: 1) suplemento por necesidades personales, que se aplica a los casos inevitables de abandono del puesto de trabajo, por ejemplo para ir a beber algo, a lavarse o al retrete; en la mayoría de las empresas que lo aplican, suele oscilar entre el 5 y el 7 por ciento; 2) suplemento por fatiga básica, que es siempre una cantidad constante y se aplica para compensar la energía consumida en la ejecución de un trabajo y para aliviar la monotonía. Es corriente que se fije en 4 por ciento del tiempo básico, cifra que se considera suficiente para un trabajador que cumple su tarea sentado, que efectúa un trabajo ligero en buenas condiciones materiales y que no precisa emplear sus manos, piernas y sentidos sino normalmente. Los suplementos variables se añaden cuando las condiciones de trabajo difieren mucho de las indicadas; por ejemplo, cuando las condiciones ambientales son malas y no se pueden mejorar, cuando aumentan el esfuerzo y la tensión para ejecutar determinada tarea, etc.

miércoles, 29 de mayo de 2013

Cálculo de suplementos

La figura 111 presenta el modelo básico para el cálculo de los suplementos. Podrá verse que los suplementos por descanso (destinados a reponerse de la fatiga) son la única parte esencial del tiempo que se añade al tiempo básico. Los demás suplementos, como por contingencias, por razones de política de la empresa y especiales, solamente se aplican bajo ciertas condiciones.

martes, 28 de mayo de 2013

Suplementos - III

3. Factores relacionados con el medio ambiente. Los suplementos, y en particular los correspondientes a descansos, deben fijarse teniendo debidamente en cuenta diversos factores ambientales, tales como calor, humedad, ruido, suciedad, vibraciones, intensidad de la luz, polvo, agua circundante, etc., y cada uno de ellos influirá en la importancia de los suplementos por descanso requeridos. 
Además, los factores de orden ambiental también pueden ser de naturaleza estacional. Se manifiestan entonces particularmente cuando el trabajo se hace al aire libre, como en las obras de construcción o en los astilleros. El lector de esta obra verá ahora con mayor claridad por qué resulta tan difícil establecer un conjunto de suplementos universalmente aceptado que pueda responder a cualquier situación de trabajo. Es preciso indicar aquí en términos muy claros que la OIT no ha adoptado, y no es tampoco probable que adopte, normas relativas a la determinación de suplementos. 
A través de los años, se ha solicitado reiteradamente a la OIT que determine su posición al respecto, y la respuesta ha sido siempre la misma: la Organización no reconoce como válida la aplicación universal de ninguna norma en particular. El texto que sigue presenta ejemplos de cálculo de suplementos en diferentes condiciones. Se trata, pues, de simples ejemplos con fines pedagógicos, y no de pautas aconsejadas por la OIT al respecto.

lunes, 27 de mayo de 2013

Suplementos - II

La dificultad de preparar un conjunto universalmente aceptado de suplementos exactos, que puedan aplicarse a cualquier situación de trabajo y en cualquier parte del mundo, se debe a varios factores. Entre los más importantes figuran los siguientes:
1. Factores relacionados con el individuo. Si todos los trabajadores de una zona de trabajo determinada se estudiaran individualmente, se descubriría que el trabajador delgado, activo, ágil y en el apogeo de sus facultades físicas necesita para recuperarse de la fatiga un suplemento de tiempo menor que su colega obeso e inepto. De igual manera, cada trabajador tiene su propia curva de aprendizaje, que puede condicionar la forma en que ejecuta su trabajo. También hay motivos para creer que la reacción al grado de fatiga experimentada por los trabajadores puede variar por razones étnicas, particularmente cuando llevan a cabo trabajos manuales pesados. Los trabajadores mal alimentados requieren más tiempo que los otros para reponerse de la fatiga. 
2. Factores relacionados con la naturaleza del trabajo en sí. Muchas de las tablas elaboradas para calcular los suplementos dan cifras que pueden ser aceptables para los trabajos fabriles ligeros y medios, pero que son insuficientes si se trata de tareas pesadas y arduas; por ejemplo, las que exigen los altos hornos siderúrgicos. Además, cada situación de trabajo tiene características propias, que pueden influir en el grado de fatiga que siente el trabajador o pueden retrasar inevitablemente la ejecución de una tarea. Entre ellas citemos como ejemplo la posición de pie o sentado y la postura del cuerpo exigidas por el trabajo, el uso de fuerza para desplazar o trans- portar pesos de un lugar a otro, el exceso de tensión visual o mental impuesto por el propio trabajo, etc. Existen otros factores inherentes al trabajo que también pueden justificar, aunque de forma diferente, la necesidad de suplementos; por ejemplo, utilización de vestimenta o guantes protectores, existencia de un peligro constante, o riesgo de deteriorar o dañar el producto.

domingo, 26 de mayo de 2013

Suplementos - I

Ya hemos visto que al hacer el estudio de métodos imprescindible antes de cronometrar cualquier tarea, la energía que necesite gastar el trabajador para ejecutar la operación debe reducirse al mínimo, perfeccionando los métodos y procedimientos de conformidad con los principios de economía de movimientos y, de ser posible, mecanizando el trabajo. 
Sin embargo, incluso cuando se ha ideado el método más práctico, económico y eficaz, la tarea continuará exigiendo un esfuerzo humano, por lo que hay que prever ciertos suplementos para compensar la fatiga y descansar. Debe preverse asimismo un suplemento de tiempo para que el trabajador pueda ocuparse de sus necesidades personales, y quizá haya que añadir al tiempo básico otros suplementos más (por ejemplo, por contingencias) para establecer el contenido de trabajo. La determinación de los suplementos quizá sea la parte del estudio del trabajo más sujeta a controversia. 
Por razones que se explicarán más adelante, es sumamente difícil calcular con precisión los suplementos requeridos por determinada tarea. Por lo tanto, lo que se debe procurar es evaluar de manera objetiva los suplementos que pueden aplicarse uniformemente a los diversos elementos de trabajo o a las diversas operaciones. El hecho de que el cálculo de los suplementos no pueda ser siempre perfectamente exacto no justifica que se utilicen como depósitos donde acumular los factores que se hayan omitido o pasado por alto al efectuar el estudio de tiempos. Ya se ha visto cuántas horas puede tardar el analista para llegar a normas de tiempo justas y exactas. Sería absurdo viciarlas sumándoles sin tino un pequeño porcentaje aquí y allá «por si acaso». Lo primordial es que los suplementos nunca se utilicen como «margen de elasticidad».

sábado, 25 de mayo de 2013

Contenido de trabajo

Al principio de esta obra se habló frecuentemente del «contenido de trabajo», que, como lo indican de por sí las palabras, es la cantidad de trabajo que debe hacerse para terminar una tarea u operación, por oposición a los períodos improductivos que puedan darse. Cabe señalar, sin embargo, que tratándose del estudio de tiempos, que se basa forzosamente en la medición del trabajo con valores numéricos, no se entiende por «trabajo» únicamente la labor física o mental realizada, sino que se incluye la justa cantidad de inacción o descanso necesaria para recuperarse del cansancio causado por dicha labor. Más adelante veremos que también se establecen suplementos por descanso para otros fines, y no sólo para la recuperación de fuerzas, pero ahora lo importante es que, cuando hablamos de «trabajo» y nos proponemos medirlo, en nuestro concepto del trabajo entran ciertos períodos de ocio, de modo que la cantidad de trabajo de una tarea no es sólo el tiempo requerido para efectuar a un ritmo tipo lo que exija la tarea, sino también el tiempo suplementario que se considere necesario como descanso. 

Contenido de trabajo de una tarea u operación es el tiempo básico + el suplemento por descanso + un suplemento por trabajo adicional, o sea la parte del suplemento por contingencias que representa trabajo.

viernes, 24 de mayo de 2013

Hoja de análisis de estudios - II

Si se considera oportuno prever en el tiempo de la tarea cierto margen para contingencias, ese margen se calcula también en la hoja de análisis de los estudios. El primer paso consiste en calcular el porcentaje que representa el total de contingencias observadas en el total del trabajo restante observado. El tiempo dedicado a contingencias es tan parte del trabajo como el dedicado a elementos repetitivos y casuales, de modo que también debe registrarse en minutos básicos. 
Si el porcentaje es muy bajo, lo más práctico probablemente sea tomar ese valor como porcentaje de margen para contingencias, pero si pasa de 4 o 5 por ciento, más vale averiguar las causas de las contingencias para eliminarlas o reducirlas en lo posible. Si así se hace, el porcentaje hallado antes de tomar las medidas del caso ya no será válido, y habrá que comenzar de nuevo las observaciones. A esta altura hemos elaborado el tiempo básico que atribuir a la tarea u operación, con todos los elementos repetitivos y casuales y con las pequeñas 4 cantidades de trabajo adicional que puedan surgir a veces y sean contingentes. 
Como el cálculo se hizo elemento por elemento, si más tarde se cambia ligeramente la tarea, quitándole, modificándole o añadiéndole algún elemento, ya no se necesitaría estudiarla íntegra de nuevo: todos los datos de la hoja de análisis referentes a los elementos inalterados conservarán su validez en la nueva serie de elementos y se podrá efectuar un nuevo cálculo estudiando sólo los que sean novedad. Ahora bien, el tiempo básico no es más que una parte del tiempo tipo que debe corresponder a la tarea u operación, y hay que añadirle ciertos suplementos para poder establecer el tiempo tipo. Es preciso examinar algunos de ellos, pero antes se debe aclarar a fondo lo que se entiende por dos expresiones frecuentemente empleadas en páginas anteriores, pero no definidas aún con precisión, es decir, contenido de trabajo y tiempo tipo.

jueves, 23 de mayo de 2013

Hoja de análisis de estudios - I

En esta hoja (figura 104, capítulo 20) se transcriben, a partir de la hoja de resumen de cada estudio, tan pronto se elabora, los resultados obtenidos respecto a la operación. Los formularios del tipo del ilustrado prevén espacio para enumerar todos los elementos constitutivos de una tarea u operación, para detallar cómo se presentan los elementos repetitivos y casuales y también para consignar los tiempos contingentes e improductivos que se hayan observado. 
Además, se anexan a la hoja los gráficos que muestran los resultados obtenidos al estudiar los elementos variables. Cuando se considera que se han hecho suficientes observaciones, corresponde calcular los tiempos básicos representativos finales de cada elemento, lo que se hace en la hoja de análisis. El proceso de selección es muy similar al descrito en la sección 4 de este capítulo, y el método habitual consiste en sacar el promedio general ponderado de todos los tiempos básicos registrados para cada elemento, excluidos aquellos que, según estudios posteriores, hayan resultado ser erróneos. El promedio ponderado se obtiene multiplicando el tiempo básico extraído de un estudio por el número de observaciones del elemento hechas para ese estudio, sumando los productos análogos obtenidos de todos los estudios y dividiendo el total por la suma de todas las observaciones hechas en todos los estudios.
Una vez calculados todos estos tiempos básicos representativos finales, es muy sencillo calcular el tiempo básico por ciclo, por tarea o por operación de esos elementos: se multiplica el factor «tiempo por vez» por el factor «frecuencia de aparición por ciclo». Claro está que este método no vale para los elementos variables, cuyo tiempo básico quizá se deba buscar en el correspondiente gráfico, o bien, si se ha establecido una relación en línea recta, se deba extraer de la fórmula algebraica que represente esa línea, o derivar aplicando el análisis de regresión.

miércoles, 22 de mayo de 2013

¿ Cuántos estudios se harán ? Part 2

Tratándose de elementos variables es más práctico empezar por hacer varios estudios cortos que, conjuntamente, abarquen toda la gama de variantes, de modo que bastante pronto se pueda tratar de establecer la relación entre el tiempo básico y la variable indicativa, en cuyo caso se organizan entonces los estudios subsiguientes con el fin de reunir los datos con que completar, modificar o confirmar la aparente relación indicada por los primeros estudios. 

martes, 21 de mayo de 2013

¿ Cuántos estudios se harán ? Part 1

En el capítulo 21 se trató este problema, indicando un método estadístico y un método tradicional para determinar el número de elementos y de ciclos que estudiar. Si las condiciones en que se trabaja suelen cambiar, se deben repetir los estudios en cada una de las situaciones que se darán en la práctica: a distintas horas del día, por ejemplo, si las condiciones atmosféricas cambian mucho durante el turno, o con todos los tipos de materiales que se elaboren, si no están perfectamente estandarizados. 
El especialista debe estar listo para estudiar todo el trabajo que se realiza al empezar y al terminar un turno. La puesta en marcha y los trámites finales forman parte del trabajo, y tal vez sus tiempos se deban valorar aparte, o bien se puedan tener en cuenta (si corresponde) atribuyéndoles cantidades marginales en el cálculo de los tiempos tipo de cada tarea. En las imprentas, por ejemplo, no se suelen dejar por la noche las prensas entintadas porque a la mañana la tinta estaría seca. En muchas industrias hay que prever tiempo para limpiar las máquinas y locales, e incluso para cambiarse de ropa cuando se necesita vestimenta especial. De costumbre, esa clase de actividades no se contabilizan en el cálculo de los tiempos tipo de cada tarea, sino más bien como suplementos. Estos se explican más adelante, y por ahora basta señalar que será preciso estudiar todas las actividades auxiliares e incidentales que se efectúan durante la jornada de trabajo antes de que se pueda considerar acertadamente el asunto de los suplementos.
Un método sencillo para determinar cuándo se han observado suficientes ciclos de un elemento constante - suficientes, claro está, para poder seleccionar un tiempo básico representativo del elemento - consiste en construir un gráfico con el tiempo básico medio acumulado que arroja cada estudio completo. Se empieza por señalar el tiempo básico del primer estudio. Cuando se pasa al segundo, la cifra que se indica es un promedio calculado de la manera siguiente: se multiplica el tiempo básico del primer estudio por el número de observaciones de ese mismo estudio; se hace la misma multiplicación para el segundo estudio; se suman los dos productos, y se divide el resultado por el total de observaciones efectuadas durante los dos estudios. Y así sucesivamente a medida que se elaboran los demás datos. Cuando la línea del gráfico se estabiliza en una recta, se han hecho suficientes estudios del elemento. La figura 110 aclara esta explicación.

lunes, 20 de mayo de 2013

Estudio electrónico de tiempos - II

Muchos sistemas transfieren los datos del dispositivo de registro a una computadora personal para esta etapa del análisis. Esto tiene la ventaja de liberar el tablero del estudio para realizar otros trabajos. Permite asimismo transferir los datos por las líneas telefónicas para que los estudios efectuados en un lugar remoto puedan transmitirse a la «base» para las etapas de análisis y preparación de informes. (Una segunda ventaja es que el programa para el análisis tiene que proporcionarse sólo una vez, mientras que si formara parte del tablero del estudio, el análisis se duplicaría en cada dispositivo.) Esto permite establecer la situación en que un equipo de especialistas pueden realizar un gran número de estudios en un período de tiempo relativamente breve y que esos estudios sean analizados por funcionarios de apoyo o un equipo de análisis separado. 
No obstante, es importante que la persona que efectúa el estudio examine cualquiera de esos análisis antes de que se deriven y publiquen los resultados finales y que se dé el análisis por convalidado. El resultado final de este proceso será una hoja de resumen del estudio que contendrá los mismos datos que los de un estudio realizado manualmente. Esta hoja podrá ser elaborada directamente por el sistema, una vez que el analista haya aportado todos los datos pertinentes, o por el analista que utiliza los datos aportados por el sistema. Cuando el sistema que se está empleando es un sistema de estudio a tiempo completo, dará también la posibilidad de mantener el apoyo en otras esferas como la fusión de diversos estudios sobre la misma tarea y el establecimiento del contenido de trabajo y los tiempos tipo correspondientes a ese trabajo. Los principios que se han de aplicar son exactamente los mismos que los aplicados a los datos del estudio obtenidos manualmente. 
En el capítulo 27 se examinan otros apoyos de computadora en la esfera de los sistemas de datos tipo.

domingo, 19 de mayo de 2013

Estudio electrónico de tiempos - I

El procedimiento anterior se aplica igualmente a los estudios realizados con un cronómetro electrónico. Cuando el estudio se ha realizado por medio de un tablero o de un dispositivo de captación de datos electrónico, el procedimiento será diferente y dependerá del grado de perfeccionamiento del sistema que se está utilizando. 
En los sistemas más sencillos (y en la primera etapa de los sistemas más complejos), el dispositivo de registro simplemente imprime (por medio de una pequeña impresora incorporada o conectándose con una impresora externa) una lista de todos los datos de observación en lo que concierne a la identificación del elemento, valoración del ritmo y tiempo transcurrido, junto con unos datos sintéticos básicos como el tiempo total transcurrido y de ser posible la valoración media del ritmo. Estos datos se manejan exactamente como si el estudio se hubiera realizado con un cronómetro convencional. Conviene que este registro básico de los datos del estudio se mantenga como parte del archivo del estudio con el fin de que se pueda identificar y revalidar la fuente de los valores de tiempo posteriores. 
El sistema debe garantizar igualmente que el registro computa- dorizado básico está garantizado contra toda falsificación, especialmente antes de que se haga la primera impresión de los datos. La mayoría de los sistemas electrónicos desempeñan funciones adicionales y llevan al usuario a través de las etapas siguientes de conversión, asignación de frecuencias, etc. Aunque gran parte de este proceso es automático (como la conversión de los tiempos observados en tiempos básicos), el sistema debe dar al analista la posibilidad de determinar y señalar el final de las «cifras aberrantes» a que se hace referencia en la sección 4 del presente capítulo, y de omitirlas del análisis posterior. El analista necesitará también aportar elementos como las frecuencias y tolerancias, si se quiere efectuar el cálculo de un tiempo tipo. Los sistemas electrónicos del estudio del tiempo eliminan el trabajo pesado del análisis, pero la responsabilidad de ese análisis y de sus resultados sigue incumbiendo a la persona que efectúa el estudio.

martes, 14 de mayo de 2013

Transcripción a la hoja de resumen

Habiendo acabado sus cálculos, el analista puede anotar en la hoja de resumen del estudio la información que le dará un cuadro claro y conciso de todos los resultados deducidos de sus observaciones en el taller. Junto a cada elemento constante consignado en la hoja indicará el respectivo tiempo básico y la cantidad de veces que observó el elemento. 
La frecuencia de aparición ya estaba apuntada. Junto a los elementos variables anotará la relación entre el tiempo básico y la variable determinante, si la ha descubierto, o bien una referencia a la hoja del gráfico u otra hoja en que haya analizado los tiempos básicos a que llegó. Para completar el resumen tiene que hacer constar cualquier elemento casual no incluido aún. así como todo elemento extraño que haya aparecido durante el estudio. Debe indicar los elementos y tiempos contingentes que se deduzcan de los cálculos. Es costumbre expresar los minutos básicos contingentes como porcentaje del total de minutos básicos de trabajo repetitivo observados durante el estudio íntegro, para tener una base con que comparar las contingencias aparecidas entre un estudio y otro. Todos los valores anotados hasta ahora representan trabajo, en una u otra forma. 
Todos, salvo los elementos extraños, figurarán después en el cálculo del tiempo tipo de la operación, y como todos son trabajo, a todos se les añadirán suplementos por descanso (véase sección 12). Aparte esos elementos, sin embargo, es probable que durante el estudio haya habido períodos en que no se trabajaba, sea porque el obrero descansaba, sea porque intervenía en una de aquellas actividades consideradas «tiempos improductivos». Estos tiempos deben ahora totalizarse y registrarse en el resumen, distribuidos en algunas grandes categorías, como «descansos», «tiempos improductivos», etc. Casi huelga decir que las cantidades anotadas corresponderán a tiempos observados, puesto que no habiendo trabajo no hay ritmo que valorar.

lunes, 13 de mayo de 2013

Tiempo seleccionado - Elementos variables Part 2

Es evidente que si el elemento es variable se necesitarán muchas más observaciones que si es constante antes de llegar a tiempos básicos verdade- ramente representativos. Más vale saberlo desde el principio, porque así se puede planear el estudio de modo que abarque todas las condiciones y variables que tengan probabilidad de darse en la práctica. 
También es conveniente esforzarse desde el comienzo por descubrir la mejor coordenada a que referir los tiempos, probando diversos gráficos posibles hasta que se discierna algún indicador satisfactorio de la causa de las variaciones. Una vez que se conoce la base de la relación se pueden organizar los estudios subsiguientes en función de los datos que hagan todavía falta. Si se deja el análisis esencial para después de las observaciones, es posible que muchas de ellas resulten ser repeticiones innecesarias de lo ya sabido. No es posible recomendar un método que siempre dé buenos resultados cuando se analicen elementos variables de todas clases. 
Cada uno debe tratarse como caso aparte. Quizá sea éste el sector del estudio de tiempos donde más compense escudriñar atentamente los métodos de trabajo del operario, porque si no rara vez se descubrirá qué es exactamente lo que hace variar los tiempos básicos. Incluso cuando se conocen las causas, a menudo queda margen para ejercitar el ingenio a fin de idear una base sencilla, que refleje las grandes variables y ponga de manifiesto una relación indudable y capaz de ser repetida.

domingo, 12 de mayo de 2013

Tiempo seleccionado - Elementos variables Part 1

Los elementos variables son más difíciles de analizar. Hay que averiguar por qué varía el tiempo básico, y muy a menudo es posible que se deban tener en cuenta varios factores a la vez. Veamos, por ejemplo, la operación de aserrar a mano unas tablas en trozos. El tiempo básico para cortarlas variará según la anchura de la tabla, que determina la longitud del corte, y también según su espesor y la dureza de la madera. Si hay que afilar la sierra, el corte llevará más tiempo, pero ahí se consideraría que se está empleando un método erróneo, de modo que se deberían descartar las observaciones realizadas mientras el aserrador utilizaba una herramienta desafilada. Tratándose de elementos variables, lo primero que se hace casi siempre es convertir los tiempos observados en tiempos básicos. Estos se señalan en un papel cuadriculado frente a las variables conocidas. 
Así pues, en este caso, en vez de la hoja habitual de análisis de los estudios habrá una hoja de gráfico, que una vez llenada en la etapa de resumen del estudio se anexa frecuentemente a la hoja de análisis para continuar las anotaciones hechas a propósito de los elementos constantes. Al construir el gráfico se elige en lo posible como variable la que al servir de coordenada lleve a una disposición de los tiempos básicos en línea más recta. A veces, cuando el análisis de la operación hace pensar que la variabilidad con el tiempo quizá no sea aritméticamente lineal, se puede emplear papel logarítmico, pero muy a menudo es imposible descubrir una relación de línea recta entre el tiempo y la principal variable, ni con ninguna combinación de variables que se pruebe. En estos casos la línea final será una curva, con el trazo más unido posible entre los puntos marcados a partir de todos los estudios sobre el elemento. 
Los tiempos básicos de ese elemento se seleccionarán buscando en la curva la coordenada apropiada cada vez que se deba calcular un tiempo tipo. En el ejemplo del corle de tablas el analista tratará los tiempos observados según la operación sea incidental y no se efectúe con frecuencia o bien se repita varias veces al día y constituya una parte apreciable del total de trabajo realizado. En este último caso probablemente tendrá que construir una serie de gráficos, uno por cada dureza de madera, y en cada gráfico una familia de líneas, una por cada espesor de la tabla. Señalará los tiempos por referencia a 1a longitud del corte. Como la relación será lineal, una vez que la descubra podrá expresar las líneas en fórmulas, representando las variables por factores, y así prescindirá de gráficos para calcular los tiempos básicos. Si el elemento no es suficientemente importante para justificar tanta minuciosidad, el analista probablemente elegirá como abscisa el producto « anchura x espesor de la tabla», combinando así dos de las principales variables, y también tratará de establecer un factor por el cual multiplicar la relación que encuentre a fin de representar las distintas durezas de la madera. La técnica estadística del análisis de regresión múltiple resulta sumamente útil para el cálculo de los tiempos variables. En el capítulo 27 se presenta una descripción de esta técnica.

sábado, 11 de mayo de 2013

Tiempo seleccionado - VII

viernes, 10 de mayo de 2013

Tiempo seleccionado - VI

Es indispensable completar el gráfico de la parte izquierda para poder verificar si la distribución sigue el diseño norma!. En caso contrario no debería utilizarse el método. Las distribuciones irregulares - desequilibradas, torcidas o con dos curvas - se deben considerar como señales de que el resultado no será fidedigno, por lo menos si no se perfecciona el método. 
Los diferentes patrones de distribución que se obtengan tienen cada uno su significado propio: variaciones diversas del trabajo en sí, de la cadencia del operario o del acierto del analista para valorarla, pero es preferible no intentar análisis complicados de ese tipo mientras no se posea mucha experiencia. Aquí ilustramos brevemente el método porque es típico de varios procedimientos en que se recurre a medios gráficos para seleccionar tiempos básicos representativos sin hacer cada vez la conversión. La mayoría de ellos son válidos únicamente cuando la distribución es normal o cuando se conoce a fondo el significado preciso de las posibles anomalías. 
Los métodos gráficos no son, pues, de aconsejar cuando no hay un perito que dirija su aplicación. Los otros dos sistemas expuestos bastan para todas las situaciones normales y tienen la ventaja de que los entienden mejor los trabajadores y sus representantes. Antes de dejar el tema de los elementos constantes, quizá sea oportuno decir una palabra de lo comentado en el capítulo 22 a propósito de ciertos elementos manuales cumplidos por un trabajador sumamente cargado y que, por ello, probablemente los desempeñe a su cadencia natural óptima. 
Esos elementos son relativamente insólitos, pero cuando se dan, tal vez baste, para calcular el tiempo básico seleccionado, con sacar sencillamente el promedio de los tiempos observados, sin hacer la conversión. En ese caso, sin embargo, es indispensable efectuar antes un gran número de observaciones.

jueves, 9 de mayo de 2013

Tiempo seleccionado - V

Como se verá, se reprodujeron los 30 tiempos observados en que se había fundado el cálculo de los tiempos básicos, pero se omitió el tiempo que se destacaba por el círculo. Luego se sumaron los tiempos observados de cada columna y se convirtieron los totales, multiplicándolos por las respectivas valoraciones, para obtener los tiempos básicos (totales) que figuran en la última línea. El total general de todos esos tiempos básicos se eleva a 7,92 minutos, que al ser divididos por 30 (el número de observaciones) dan el tiempo básico seleccionado del elemento: 0,264 minutos. Es interesante comparar esta cantidad con la de 0,266 minutos obtenida sacando el promedio de los tiempos básicos en sí. 
Existe otro método que ahorra igualmente la conversión de cada tiempo observado y según el cual la selección se hace con ayuda de un gráfico como el de la figura 109. El gráfico tiene dos secciones, y en cada una de ellas se hace cada vez un asiento, pero en forma de cruz o de punto. En la ordenada está la escala de tiempos observados para el elemento de que se trate, en este caso de 26 a 32. La escala horizontal que está arriba a la derecha del gráfico indica las valora- ciones efectuadas, de 80 a 105. Para construir el gráfico, el analista va recorriendo los datos de su hoja de estudio y cada vez que aparece el elemento traza una cruz en el renglón del tiempo observado y otra cruz más en el mismo renglón, pero debajo de la valoración correspondiente, en el lado derecho del gráfico.
Una vez registradas las cruces, en el lado izquierdo del diagrama aparecerá la distribución por frecuencia de los tiempos observados. A la derecha se traza entonces la mejor recta entre los puntos señalados. Para encontrar el tiempo básico seleccionado del elemento se traza una vertical desde la abscisa 100 de las valoraciones, arriba a la derecha, hasta la diagonal que pasa entre las cruces, y se busca a la izquierda la coordenada que corresponde a esa intersección.

miércoles, 8 de mayo de 2013

Tiempo seleccionado - IV

Una cifra de este cuadro lleva un circulo: el tiempo básico de 0,49 minutos, obtenido cuando se recogió, examinó y rechazó un volumen defectuoso. Sin esa cifra, los 30 tiempos básicos restantes totalizan 7,97 minutos, lo que da un promedio de 0,266 por vez. Al llegar a esa fase se apunta el valor 266 en la hoja de resumen y se traslada a la hoja de análisis; pero al final de los cálculos referentes al elemento, el tiempo básico que se elija en definitiva se redondea a la centésima más próxima, en este caso a 0,27 minutos. La diferencia entre el valor que lleva el círculo y el tiempo seleccionado (0,49 - 0,27 = 0,22) se pasa a la lista de contingencias. Este método de selección basado en promedios es fácil de enseñar y de comprender, y lo aceptan con gusto tanto el analista como los obreros. 
Cuando el total de observaciones hechas con un elemento es relativamente bajo, se obtiene generalmente un resultado más exacto sacando el promedio que empleando otros métodos de selección. El inconveniente es que requiere mucho trabajo de oficina cuando se registran muchas observaciones, sobre todo si se han observado muchísimas veces elementos breves, por lo cual se han ideado otros métodos de selección que ahorran cálculos. Un método que ahorra la necesidad de convertir los tiempos observados en tiempos básicos consiste en tabular los tiempos observados debajo de las valoraciones efectuadas cada vez, de modo que formen una tabla de distribución por valor de ritmo. Ese cuadro puede compilarse directamente a partir de las anotaciones hechas en las hojas de estudio durante las observaciones. Con respecto al elemento del ejemplo recién citado, la tabla de distribución se Presentaría así* 

martes, 7 de mayo de 2013

Tiempo seleccionado - III

Los tiempos excepcionalmente breves también se deberían estudiar con el mayor cuidado. Pueden deberse igualmente a un error del analista, pero tal vez indiquen que se perfeccionó en algo el método en el momento en que se tomó un tiempo muy inferior al habitual. Si así fue, será prudente estudiar la tarea de nuevo, prestando muy especial y minuciosa atención a los métodos aplicados. 
Todo lo que antecede vale mientras los tiempos excepcionales sean muy poco frecuentes o, si no, de poca monta. Las variaciones importantes y frecuentes son síntoma de que el elemento no es constante, sino variable, y debe entonces ser tratado como tal. En un estudio de tiempos aplicado al control de la ejecución de un libro se distinguió el siguiente elemento: «Recoger el libro, controlar, inscribir visto bueno (corte: libro cerrado)». Este elemento se observó 31 veces, y se calcularon los siguientes minutos básicos: 

lunes, 6 de mayo de 2013

Tiempo seleccionado - II

Los cálculos necesarios para obtener el tiempo básico seleccionado se efectúan en la hoja de trabajo. Como se dijo en el capítulo 20, es muy corriente que se empleen simples hojas rayadas para hacer el análisis, o bien papel cuadriculado si hay elementos variables, pero sin necesidad de impresos especiales. Las hojas de trabajo ya escritas se prenden a las del estudio en sí y se archivan juntas. Recordemos que el empleo de pequeñas calculadoras o máquinas de cálculo puede ahorrar tiempo y aumentar la precisión.
Existen varios métodos para examinar y seleccionar el tiempo básico repre- sentativo de un elemento constante. Tal vez el más común, y a menudo el que más ventajas tiene, consiste en sacar el promedio de los tiempos correspondientes a ese elemento sumando todos los tiempos básicos calculados y dividiendo el total por el número de veces que se había registrado el elemento. Pero antes se acostumbra hacer la lista de todos esos tiempos básicos, para poder ver los que se apartan exageradamente de la gama normal, por exceso o por defecto.
Son «cifras aberrantes», cuyo origen debe estudiarse bien, para lo cual se las señala con un círculo alrededor. Un tiempo excepcionalmente largo puede deberse a un error de crono- metraje. Si se había utilizado el método acumulativo, se notará en seguida que es un error porque el tiempo del elemento siguiente será anormalmente breve. O bien puede tratarse de un error de cálculo, pero aparte los errores, la causa más corriente de tales anomalías es que cambió en algo el material que se trabajaba o cualquier otro aspecto del método seguido y aumentó por eso el contenido de trabajo precisamente cuando se hacía el cronometraje. De ser así, hay que deter- minar la causa y examinar la probabilidad de que se repita el hecho con frecuencia o sólo muy de vez en cuando. En este último caso es costumbre excluir el tiempo básico aberrante del total que se utilizará para sacar el promedio, y después, cuando ya se ha calculado el tiempo medio, se traslada a las contingencias la diferencia entre el promedio y el tiempo anormal marcado (o las diferencias, si hay varias aberraciones) y se la suma a cualquier otro tiempo excepcional que se haya observado y registrado durante el estudio.
En esta forma se cuenta debida- mente el tiempo suplementario, pero señalando que es algo excepcional. Si, por el contrario, no son raras las pequeñas variaciones de contenido del trabajo, será preferible no omitir ningún valor en el cálculo del promedio. Esas variaciones, cuando son frecuentes, deben considerarse como señales de alerta. Si son inevi- tables, por lo menos indican que será preciso acumular muchas observaciones del elemento estudiado para que el promedio de los tiempos básicos al que se llegue sea suficientemente representativo. Pero muy a menudo indican que se debe estu- diar mejor la operación, a fin de descubrirles la causa y, de ser posible, eliminarla.

domingo, 5 de mayo de 2013

Tiempo seleccionado - I

El tiempo seleccionado es el que se elige por representativo de un grupo de tiempos correspondientes a un elemento o grupo de elementos. Puede tratarse de tiempos observados o basicos, que se designaran como tiempos observados seleccionados o tiempos basicos seleccionados. 
Elementos constantes En teoria, cada vez que se calcula el tiempo bisico de un elemento constante se deberia llegar a1 mismo resultado, per0 en la prictica casi nunca es asi, por las razones indicadas en el capitulo 21. Es preciso entonces seleccionar, entre todos los tiempos bisicos anotados en las hojas de estudio, el que representari a cada elemento. Esa cantidad se anota en la hoja de resumen en el rengl6n del respective elemento, y mis tarde se transcribe en la hoja de anilisis de los estudios como resultado final del estudio, por lo menos en lo que respecta a dicho elemento.

sábado, 4 de mayo de 2013

Conversión: cálculo del tiempo básico

El analista ha llenado los espacios del membrete de la hoja de resumen, enumerado los elementos, anotado las frecuencias y, en caso necesario, dibujado al dorso un plano claro del taller. (En ciertos casos, empleando una cámara fotográfica de revelado e impresión inmediatos puede economizar mucho tiempo y dinero. Por lo general hay que tomar la fotografía incluyendo una sencilla escala graduada, por ejemplo, una varilla de sección cuadrada dividida en centímetros.) 
Para poder seguir con el resumen, el analista tiene que hacer ahora los cálculos, que se deben efectuar en el propio formulario de estudio de tiempos. Los resultados de esos cálculos se consignan en el mismo formulario, pero con tinta o con otro color de lápiz que las anotaciones hechas durante el estudio en el taller. Si se utiliza un tablero electrónico, se indicará el cálculo tal como se explica en la sección 6 de este capítulo. Si el estudio se cronometró con vuelta a cero, se puede pasar inmediatamente a la conversión. Si se empleó en cambio el método acumulativo, hay que restar primero cada indicación del cronómetro de la siguiente, para obtener el tiempo observado de cada elemento. 
Esas cantidades merecen el nombre de «tiempos restados», más bien que de «tiempos observados», y se registran en la tercera columna de la hoja de estudio (T.R.). No obstante, como los tiempos restados obtenidos con el método acumulativo equivalen exactamente a los tiempos observados con el sistema de vuelta a cero, se utilizará sencillamente la expresión «tiempo observado» para referirse a unos y otros. El paso siguiente consiste en convertir cada tiempo observado en tiempo básico, para apuntar el resultado en la columna «T.B.» de la hoja.

viernes, 3 de mayo de 2013

Anotación de las frecuencias

La etapa siguiente consiste en apuntar en la hoja, para cada elemento ya inscrito, la frecuencia con que se presentó. Los elementos repetitivos, por definición, se dan por lo menos una vez en cada ciclo de la operación, de modo que en su respectivo renglón se pondrá 1/1, 2/1, etc., según hayan aparecido una vez por ciclo, dos o cualquier otro número de veces. Los elementos casuales (por ejemplo, «afilar herramientas») pueden suceder sólo cada 10 o 50 ciclos, y entonces se anotaría 1/10, 1/50 o lo que corresponda. Esos datos van en la columna «F.».
Las frecuencias derivan normalmente de las observaciones efectuadas durante el estudio. Sin embargo, en el caso de elementos ocasionales que se presentan con largos intervalos, es posible que el estudio no se haya prolongado lo suficiente para abarcar una muestra representativa de estos elementos. Si bien puede considerarse éste como un fenómeno sin importancia desde el punto de vista de su incidencia en el tiempo normal que se calculará, ya que el tiempo de este elemento sólo constituye una ínfima fracción del tiempo total, no por ello deberá descuidarse. En efecto, si, al tomar conocimiento de un estudio, los trabajadores encuentran una frecuencia que, según su experiencia, es errónea, perderán confianza y podrán tomar este detalle como pretexto para cuestionar todo el estudio. Al tratarse de esos elementos, es necesario obtener la confirma- ción de la frecuencia solicitándola al jefe de taller o investigando en los archivos de la empresa. En el caso del elemento « reemplazar la herramienta », por ejemplo, deberá ser posible informarse sobre la cantidad de herramientas que salieron de depósito en un período dado y relacionar esta cantidad con la de los componentes producidos en el mismo período, lo cual permite determinar la frecuencia.

jueves, 2 de mayo de 2013

Preparación de la hoja de resumen del estudio - II

En el primero de estos casos (vuelta a cero), antes de seguir se debería hacer la verificación sumando todos los tiempos registrados y cotejando el total con el tiempo neto. No es probable que coincidan exactamente, por razones ya explicadas, pero la discrepancia máxima tolerada por algunos especialistas para no desechar el estudio y empezar de nuevo es de ± 2 por ciento. 
En el segundo caso (método acumulativo) no se puede hacer la verificación hasta después de haber extraído y totalizado los tiempos restados, y la comparación sirve entonces para verificar la exactitud de las restas. Huelga decir que se debe aclarar y rectificar cualquier error antes de emprender las operaciones de conversión. En las columnas de la hoja de resumen, el analista enumera en orden, por frecuencia de aparición, todos los elementos repetitivos que observó, indicando al dorso de la hoja los «cortes » de separación de los elementos. 
Algunos de esos elementos repetitivos quizá sean variables y deban, pues, ser tratados de otra manera que los constantes. Se apuntan entonces nuevamente, esta vez agrupados, debajo de la serie completa de elementos repetitivos. Después se anotan juntos, uno tras otro, los elementos casuales que se hayan observado, inclusive los debidos a circunstancias muy excepcionales, y por fin se enumeran los elementos extraños y el tiempo improductivo. Si todas las anotaciones fueron hechas debidamente, se habrá dejado constancia en la hoja de todo lo que se observó durante el estudio.

miércoles, 1 de mayo de 2013

Preparación de la hoja de resumen del estudio - I

Como se verá dentro de poco, gran parte del trabajo preparatorio para llenar la hoja de resumen del estudio consiste en cálculos comunes y corrientes que puede hacer cualquier ayudante mientras el analista sigue adelantando otra cosa. 
Al principio, sin embargo, él mismo debería hacer todas las operaciones, hasta que conozca tan a fondo su encadenamiento que pueda no sólo indicar a su ayudante lo que debe hacer, sino también verificar los cálculos con facilidad y rapidez. Ante todo se llenan los epígrafes del membrete de la hoja de resumen (figura 103), sacando en limpio con tinta los datos de la hoja de estudio. Restando la hora de comienzo de la hora de término se obtiene el tiempo transcurrido, que se anota. 
Cuando se ha utilizado el método acumulativo, el tiempo transcurrido debe lógicamente coincidir con la hora final indicada por el cronómetro, y si no coincide, hay un error que se debe descubrir en seguida. Mientras no se averigüe de nada sirve seguir adelante, puesto que una equivocación grave vicia todo el estudio y hay que empezar de nuevo. Descontando del tiempo transcurrido el tiempo total de punteo, es decir, la suma de los dos lapsos «antes» y «después» de los cronometrajes propiamente dichos, se obtiene el tiempo neto, que a su vez debería coincidir con la suma de todos los tiempos cronometrados, si se utilizó el método de vuelta a cero, o con la suma de todos los tiempos restados, si se empleó el sistema acumulativo.