viernes, 3 de mayo de 2013

Anotación de las frecuencias

La etapa siguiente consiste en apuntar en la hoja, para cada elemento ya inscrito, la frecuencia con que se presentó. Los elementos repetitivos, por definición, se dan por lo menos una vez en cada ciclo de la operación, de modo que en su respectivo renglón se pondrá 1/1, 2/1, etc., según hayan aparecido una vez por ciclo, dos o cualquier otro número de veces. Los elementos casuales (por ejemplo, «afilar herramientas») pueden suceder sólo cada 10 o 50 ciclos, y entonces se anotaría 1/10, 1/50 o lo que corresponda. Esos datos van en la columna «F.».
Las frecuencias derivan normalmente de las observaciones efectuadas durante el estudio. Sin embargo, en el caso de elementos ocasionales que se presentan con largos intervalos, es posible que el estudio no se haya prolongado lo suficiente para abarcar una muestra representativa de estos elementos. Si bien puede considerarse éste como un fenómeno sin importancia desde el punto de vista de su incidencia en el tiempo normal que se calculará, ya que el tiempo de este elemento sólo constituye una ínfima fracción del tiempo total, no por ello deberá descuidarse. En efecto, si, al tomar conocimiento de un estudio, los trabajadores encuentran una frecuencia que, según su experiencia, es errónea, perderán confianza y podrán tomar este detalle como pretexto para cuestionar todo el estudio. Al tratarse de esos elementos, es necesario obtener la confirma- ción de la frecuencia solicitándola al jefe de taller o investigando en los archivos de la empresa. En el caso del elemento « reemplazar la herramienta », por ejemplo, deberá ser posible informarse sobre la cantidad de herramientas que salieron de depósito en un período dado y relacionar esta cantidad con la de los componentes producidos en el mismo período, lo cual permite determinar la frecuencia.

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