En el primero de estos casos (vuelta a cero), antes de seguir se debería hacer
la verificación sumando todos los tiempos registrados y cotejando el total con el
tiempo neto. No es probable que coincidan exactamente, por razones ya
explicadas, pero la discrepancia máxima tolerada por algunos especialistas para
no desechar el estudio y empezar de nuevo es de ± 2 por ciento.
En el segundo
caso (método acumulativo) no se puede hacer la verificación hasta después de
haber extraído y totalizado los tiempos restados, y la comparación sirve entonces
para verificar la exactitud de las restas. Huelga decir que se debe aclarar y
rectificar cualquier error antes de emprender las operaciones de conversión.
En las columnas de la hoja de resumen, el analista enumera en orden, por
frecuencia de aparición, todos los elementos repetitivos que observó, indicando
al dorso de la hoja los «cortes » de separación de los elementos.
Algunos de esos elementos repetitivos quizá sean variables y deban, pues,
ser tratados de otra manera que los constantes. Se apuntan entonces nuevamente,
esta vez agrupados, debajo de la serie completa de elementos repetitivos. Después
se anotan juntos, uno tras otro, los elementos casuales que se hayan observado,
inclusive los debidos a circunstancias muy excepcionales, y por fin se enumeran
los elementos extraños y el tiempo improductivo. Si todas las anotaciones fueron
hechas debidamente, se habrá dejado constancia en la hoja de todo lo que se
observó durante el estudio.
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