La rigidez de las limitaciones impuestas al trabajador en un sistema hombre/
máquina puede deberse a varios factores. El operario puede estar «inmovilizado»
en el lugar de trabajo: quizá le sea imposible ausentarse siquiera por poco tiempo;
o bien puede estar «atado» por el método: quizá le sea imposible cambiar el orden
de ejecución de las operaciones. Finalmente, puede estar «sujeto» por razones
de horario : es posible que deba ejecutar ciertas operaciones a hora fija.
El grado de rigidez de la sujeción del trabajador a la máquina puede estar
«previsto» - es decir, el hombre y la máquina están ligados consciente y
deliberadamente en un sistema hombre/máquina -, pero en muchos casos esta
rigidez es completamente fortuita. A veces proviene de un defecto del sistema
técnico: la regularidad de funcionamiento de las máquinas puede ser tan reducida
que sea preciso atenderlas continuamente, aunque sólo se requieran movimientos
sencillos. Sin embargo, es posible reducir la rigidez no prevista utilizando una
tecnología que no exija vigilancia constante.
Existen tres tipos de soluciones al problema de la rigidez de la sujeción del
hombre a la máquina:
- Disociación total mediante una mayor mecanización.
- Utilización de equipo técnico auxiliar para liberar al operario de la máquina.
- Disociación gracias a la colaboración, organizada o no, entre los operarios. Examinemos más de cerca cada una de estas tres opciones.
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