miércoles, 12 de febrero de 2014

Cómo planear funciones de puestos individuales - Variedad de labores - I

La buena ejecución de un trabajo exige una correlación razonable entre la naturaleza de ese trabajo y la persona que lo efectúe. Una tarea que sólo consista en media docena de movimientos sencillos y lleve unos pocos segundos es indudablemente fácil de aprender, y a primera vista puede parecer un buen modelo para organizar todo el trabajo, pero en la práctica es mucho menos eficiente de lo que parece. Esa tarea pronto resultará monótona y agotadora, sin contar que una especialización tan extrema requiere una producción en grandes series, además de un grado de estabilidad estructural y de un volumen de producción que rara vez se encuentran en la realidad. 
Es mucho más indicado combinar funciones que ofrezcan un grado razonable de variedad, que exijan al operario un esfuerzo para aprender y que se adapten a la realidad, en cuanto al tamaño de los lotes, a la estabilidad de los artículos producidos y a la poca frecuencia de los trastornos de la producción. No existe una respuesta completa y clara sobre la manera en que debería proyectarse un ciclo de tareas para que tenga exactamente el debido grado de variedad. 
No obstante, se puede tener una idea de cómo alcanzar ciertas mejoras estudiando los factores indicados a continuación: 
□ la estructura básica del sistema técnico; 
□ la modalidad de realización del esfuerzo físico; 
□ el contenido informativo de la tarea; 
□ el equilibrio entre los elementos físicos e intelectuales de la tarea; 
□ la aspiración de aprender y de tener oportunidades de superarse como persona humana. 
La estructura bastea del sistema técnico constituye el 1 actor determinante de numerosas tecnologías de producción. Considérese, por ejemplo, el montaje final en una planta de automóviles. En los sistemas usuales, el contenido del ciclo de trabajo de cada trabajador está determinado a menudo por la infraestructura técnica. Si se deben producir 500 coches en 500 minutos, el ciclo de trabajo en cada uno de los puestos no deberá exceder de un minuto. En las plantas de automóviles, tanto en Europa como en los Estados Unidos, se atribuye a cada puesto un volumen de trabajo de alrededor de un minuto, que corresponde a un operario de montaje. 
Por tanto, cada operario, en el puesto que ocupa, habrá de efectuar una tarca de montaje equivalente a cerca de un minuto y la recomenzará continuamente varias decenas de veces en el transcurso de la jornada. A fin de que cada operario disponga cada vez del tiempo necesario para un ciclo de trabajo completo, el volumen atribuido a cada puesto debe ser inferior a un minuto completo y, por tanto, se suele dejar un margen de seguridad de 10 a 15 por ciento. Dado que la cadena de montaje tiene una velocidad constante, toda operación no terminada en cualquiera de los puestos repercutirá en la calidad del coche.

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