miércoles, 6 de marzo de 2013

El estudio de tiempos y los trabajadores - III

Una vez seleccionado el operario cuyo trabajo se estudiará en primer lugar, el especialista deberá hablarle, en compañía del capataz y del representante de los trabajadores, para explicarle cuidadosamente el objeto del estudio y lo que hay que hacer. Se le pedirá que trabaje a su ritmo habitual, haciendo las pausas a que esté acostumbrado, y se le recomendará que exponga las dificultades con que tropiece. (Esta fase sobra cuando el estudio del trabajo es algo común y corriente y todos saben para qué sirve, pero no debe omitirse con trabajadores nuevos; los nuevos especialistas o sus asistentes deben ser presentados al personal dirigente y a los operarios al iniciar sus funciones.) 
Es importante convencer al capataz de que no vigile más al trabajador: hay obreros que experimentan verdadero pánico cuando los observa su superior. Cuando se haya implantado un método nuevo hay que dar al trabajador tiempo sobrado para habituarse antes de cronometrarlo. Lleva mucho tiempo adaptarse a un método nuevo y alcanzar la velocidad máxima constante. Tal vez se necesiten varios días e incluso varias semanas de práctica, según la duración o complejidad de la operación, antes de que el trabajo se pueda cronometrar valederamente para fijar tiempos tipo. Tampoco deberá utilizarse para medir el tiempo un trabajo hecho por obreros recién asignados a un puesto al que aún no estén perfectamente habituados.
Es importante la posición en que se coloca el especialista con relación al operario. Debería situarse de modo que pueda observar todo lo que hace el operario, particularmente con las manos, sin entorpecer sus movimientos ni distraer su atención. No debería estar exactamente delante de él ni tan cerca que le dé la sensación de «tener a alguien encima». La posición exacta del especialista dependerá de la clase de operación que se estudie, pero generalmente conviene que se sitúe a un lado del operario, un poco hacia atrás y a unos dos metros de distancia. 
Así, el trabajador puede verlo volviendo ligeramente la cabeza, y en caso necesario pueden hablarse para hacer preguntas o explicar algo relacionado con la operación. El tablero con los formularios de estudio de tiempos y el cronómetro deben estar en una línea de visión que permita ver la hora y anotarla sin dejar de observar el trabajo estudiado. De ningún modo se intentará cronometrar al operario desde una posición oculta, sin su conocimiento o llevando el cronómetro en el bolsillo. No sería honrado, y en todo caso no faltaría quien se enterara y la noticia se propagaría rápidamente. El estudio del trabajo no debe tener nada que ocultar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario