La disposición debe incluir asimismo un análisis de las necesidades de
iluminación, calefacción y ventilación, y la facilitación de servicios y cuartos de
aseo. Debe ser lo suficientemente detallada como para incluir elementos como
papeleras, vestuarios o armarios, archivadores, estanterías, etc. (puesto que
frecuentemente estos pequeños componentes producen un efecto importante en
la eficiencia global). La disposición puede, en algunas circunstancias, tener en
cuenta factores adicionales como la seguridad, por ejemplo agrupando secciones
o departamentos que deben emplazarse en un espacio particularmente seguro.
Elementos como la calefacción, la iluminación, la ventilación y la lucha
contra el ruido (véase el capítulo 5) requieren conocimientos de especialistas y
es posible que se necesite asesoramiento para poder incluir esas cuestiones de
manera adecuada en una disposición del espacio. Conviene recordar que el equipo
moderno de oficina genera considerables volúmenes de calor y que el
acondicionamiento de aire puede ser necesario para mantener una temperatura
adecuada de trabajo. Análogamente, aunque la lucha contra el ruido es una esfera
especializada, en gran medida se trata de aplicar el sentido común y en la etapa
de diseño de la disposición de la oficina pueden indicarse muchas medidas
preventivas básicas (como el empleo de material para atenuar el ruido bajo las
máquinas de escribir y las impresoras, campanas y pantallas acústicas, muebles
y accesorios que absorban el ruido, etc.).
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