Cuando la máquina produce en forma continua, en vez de cíclica, especialmente en los procesos químicos, es más corriente fijar los tiempos tipo de
determinado volumen, longitud o peso cómodo de lo que se produzca, más bien
que por pieza u operación. En tejeduría, por ejemplo, se puede decir que a cada
100 metros de tela tejida corresponderán tantos minutos tipo (ósta es, de hecho,
una de las múltiples formas de fijar normas de tiempo en la tejeduría).
Lo más
importante entonces no es ya el contenido de trabajo manual de la tarea, sino la
producción que den las máquinas, aunque en los cálculos del rendimiento se debe,
naturalmente, tener en cuenta la cantidad de trabajo manual exigido por las
máquinas. El tiempo no ocupado tiene su importancia, y casi siempre hay que
determinarlo, no para darle cabida en el tiempo tipo, sino más bien como
indicación del número de máquinas que puede atender un obrero. Para calcular
los tiempos tipo, el suplemento que se debe prever es el de interferencia de
las máquinas: los lapsos durante los cuales algunas de las máquinas estarán
detenidas esperando que llegue el obrero.
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