Cuando los tiempos tipo se emplean como base de un sistema de remuneración
por rendimiento, el hecho de que se cuenten los tiempos no ocupados (tratándose
de trabajo restringido) puede dar lugar a anomalías en los salarios, a menos que
se tomen ciertas medidas.
Veamos un ejemplo del género de dificultades que se pueden presentar.
Supongamos que en una empresa hay tres puestos a los que se ha fijado un mismo
tiempo tipo de 100 minutos.
En el primero todos los elementos de la tarca son
manuales. En los otros dos el trabajo es de índole restringida y sus respectivos
tiempos tipo comprenden suplementos por tiempo no ocupado, digamos, de
15 minutos para uno y 45 para el otro.
Si los tres obreros efectúan los elementos manuales de sus tareas al ritmo
tipo y toman exactamente los reposos previstos, terminarán su trabajo los tres al
cabo de 100 minutos. Pero el obrero del primer puesto habrá trabajado todo el
tiempo (excepto, claro está, durante el reposo), mientras que los otros dos habrán
estado inactivos 15 y 45 minutos respectivamente. Si el tiempo no ocupado se
paga a la misma tasa que el de actividad, los obreros más recargados de trabajo
pronto quedarán descontentos; los puestos adquirirán fama de «buenos» o
«malos» según la cantidad de tiempo no ocupado que tengan, y será difícil
encontrar candidatos para los «malos».
Esa dificultad habitualmente se supera, no modificando los tiempos tipo,
sino estableciendo tasas diferentes de salario para el tiempo trabajado y el
inactivo. A esos efectos los tiempos tipo, además de expresarse como totales, se
desglosan en dos categorías según se explicó.
En el ejemplo citado, pues, el tiempo tipo de 100 minutos se descompondría,
para los tres casos respectivos, en 100, 85 y 55 puntos de trabajo y 0, 15 y 45 de
inactividad. Cabe señalar de paso que hay otras razones, aparte el tiempo no
ocupado impuesto por la máquina, para acreditar al obrero puntos de inactividad,
por ejemplo, para compensar demoras mientras espera trabajo, instrucciones o la
reparación de una máquina averiada.
El sistema que adopte la empresa para remunerar de distinto modo el tiempo
trabajado y el inactivo es en realidad una cuestión de administración de salarios,
y no de estudio de tiempos, de modo que sale del tema de esta obra. Sin embargo,
es preciso mencionar que todo sistema de esc género debería ser fácil de entender,
de modo que los trabajadores comprendan de inmediato por qué a unas tareas que
llevan el mismo tiempo corresponden salarios distintos. Antes de aplicarlo deberá
ser negociado y acordado con los representantes de los obreros. Según uno de
esos sistemas, que es típico, si los puntos de inactividad equivalen en total a menos
de 5 por ciento de los de trabajo, se pagan a la misma tasa que éstos; cuando
ascienden a 40 por ciento o más de los puntos de trabajo, se pagan a los tres
cuartos de la tasa de éstos, y todos los porcentajes entre 5 y 40 por ciento se pagan
i a tasas intermedias diversas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario