Línea de montaje. Las operaciones posibilitan un aumento masivo de la
producción (de ahí que se utilicen como sinónimos las expresiones «producción
en masa» o «producción en serie»). Para ello, las operaciones de producción se
dividen en elementos, cada uno de los cuales corre a cargo de un operario,
mientras que el producto se traslada a lo largo de la línea. De este modo, los
operarios ocupan puestos fijos y el producto se traslada. Aunque las líneas de
montaje permiten un aumento espectacular de la producción, engendran también
monotonía ya que cada operario repite el mismo tipo de operación una y otra vez.
Mecanización. La mecanización tiene por objeto sustituir el trabajo manual
por el trabajo a máquina cuando es posible. De esta manera, parte del trabajo
manual repetitivo ha sido sustituido por una maquinaria capaz de realizar esas
operaciones. Sin embargo, con la mecanización un trabajador maneja una
máquina y la ajusta para que realice la cantidad deseada de producción con el
nivel deseado de calidad. La calidad en este caso depende en gran medida de la
pericia del trabajador, además de estar condicionada por la máquina y los
instrumentos que se están utilizando.
Automatización. En la automatización participan pocos trabajadores. Las
máquinas reciben sus instrucciones de una computadora que se ha alimentado
con toda la información necesaria y, en consecuencia, siguen funcionando con
independencia y con una interferencia mínima del operario. La construcción de
autómatas, el CNC y la FAC han dado un impulso a la automatización. En la
figura 72 se representa la transición de las operaciones tradicionales a la
automatización.
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