En la Segunda parte de este libro se esbozaban los objetivos del estudio de los
métodos. Entre éstos figuraban no sólo los aumentos cuantitativos o la reducción
de los costos, sino también el mejoramiento de la calidad. En este sentido, la
relación entre el estudio de métodos en particular y el control de la calidad es
clara. El especialista en el estudio del trabajo evalúa los resultados de su labor
tomando igualmente en consideración las mejoras de la calidad.
Además, ya
hemos visto en el presente capítulo que el establecimiento de especificaciones de calidad y niveles de tolerancia adecuados y la indicación de la característica
primaria de un producto con respecto al control pueden reducir los costos, cuestión
que interesa igualmente al especialista en el estudio del trabajo. Hemos visto
también que las tendencias modernas consideran el control de la calidad como
una función dinámica que persigue el mejoramiento continuo del producto y del
diseño del proceso para satisfacer las esperanzas del consumidor.
En este sentido los objetivos del estudio de los métodos y el del control
moderno de la calidad coinciden.
Resultaría, efectivamente, difícil para un
especialista en el estudio del trabajo ocuparse principalmente de los aumentos
cuantitativos y descuidar las cuestiones relacionadas con la calidad. Actuaría
erróneamente el especialista que se ocupara de la simplificación del producto en
el diseño sin tener en consideración los cambios que pudieran requerirse en la
composición de ese producto para que fuera más resistente a las variaciones y al
deterioro. Por la misma razón, el estudio de métodos no puede tratar de lograr
mejoras en las operaciones sin vincularlas con los imperativos de calidad
resultantes. Por último, el enfoque del control de la calidad total crea una cultura
empresarial que puede ser más receptiva y propicia a un estudio de los métodos
de trabajo.
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