Antes de que el especialista empiece su labor, se deberán explicar con mucho cuidad al supervisor el propósito detallado del estudio del trabajo y los procedimientos que se aplicarán, de modo que comprenda exactamente lo que se va haciendo y porqué se hace. En caso contrario, es probable que el capataz ponga dificultades, si no verdaderas trabas, por muchas razones, y entre ellas:
a. Es el más afectado por el estudio del trabajo; ya que el trabajo que dirigió muchos está siendo analizado; si gracias al estudio del trabajo aumenta considerablemente la eficacia de las operaciones bajo su responsabilidad, tal vez piense que quedará desprestigiado ante sus superiores y sus subordinados.
b. En la mayoría de las empresas que no emplean especialistas con ese fin, le compete al supervisor dirigir la ejecución de una operación determinada: establecer los programas y métodos de trabajo., fijar los horarios y pagos a destajo, contratar y despedir a los obreros. El supervisor pensará que ha perdido categoría por el simple hecho de que le hayan quitado algunas de esas funciones, y a nadie le gusta perder categoría.
c. Si surgen conflictos o si hay agitación, el capataz es el primero llamado a resolver la situación, y le será difícil hacerlo con justicia si no comprende el problema.
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