El ritmo cardiaco promedio se mide en dos periodos (áreas sombreadas) durante la recuperación
posterior a la fi nalización de las tareas (vea la fi gura 4.22): 1) entre ½ y 1 minuto después y 2) entre
2 ½ y 3 minutos después. Una recuperación aceptable del ritmo cardiaco (y, por lo tanto, una carga
de trabajo aceptable) se presenta si la primera lectura no excede de 110 latidos/minuto y la diferencia
entre las dos lecturas es de al menos 20 latidos.
Dado un típico ritmo cardiaco en reposo de 72 latidos/
minuto, la adición de un incremento aceptable de 40 latidos/minuto nos da un ritmo cardiaco de
trabajo de 112 latidos/minuto, el cual está muy cercano al primer criterio de Brouha.
Como comentario fi nal en relación con el ritmo cardiaco, es muy importante observar el comportamiento
de éste durante horas de trabajo. Un incremento durante el trabajo en estado estable (vea
la curva superior de la fi gura 4.22), que se llama elevación del ritmo cardiaco, indica una formación
incremental de fatiga y una recuperación insufi ciente durante las pausas para descanso (Brouha,
1967). Es muy probable que esta fatiga sea consecuencia de la carga de trabajo físico, pero también
podría ser el resultado del calor y el estrés mental y de una mayor proporción de trabajo estático en
lugar de dinámico. En cualquier caso, la elevación del ritmo cardiaco debe evitarse mediante descansos
adicionales.
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