En la actualidad, todo analista de métodos práctico debe tener en cuenta el uso de equipo y herramientas
automáticos de propósito especial, particularmente si las cantidades que se desean producir
son grandes. Entre las últimas ofertas signifi cativas de la industria se pueden mencionar las máquinas
controladas por programa, las de control numérico (NC) y las controladas por computadora
(CNC) así como otros equipos. Todos ellos generan ahorros substanciales en costos de mano de obra
y tienen las ventajas siguientes: reducción del inventario del trabajo en proceso, menos partes dañadas
debido al manejo, menos desperdicios, menor utilización de espacio y un tiempo de producción
menor. Por ejemplo (vea la fi gura 3.8), mientras que se necesitan dos operadores para usar una máquina
herramienta operada manualmente, sólo se requiere uno para utilizar una máquina herramienta
controlada por computadora. El uso de un brazo robotizado que opere una máquina herramienta
totalmente automatizada ni siquiera requerirá de un operador, lo cual reduce de manera considerable
los costos de mano de obra (con la salvedad de que los costos iniciales de capital serán mayores).
Entre otros equipos automáticos se incluyen las máquinas automáticas para destornillar; las
perforadoras con múltiples brocas, perforadoras y máquinas de intrusión; máquinas herramienta de
mesa indexada; equipo de fundición automática que combina la fabricación automática de moldes
de arena, vertido, mezclado y esmerilado; y el equipo para dar el acabado de pintura y cromado. El
uso de herramientas eléctricas para ensamblado, tales como los desarmadores eléctricos, los martillos
neumáticos y eléctricos y los alimentadores mecánicos, es a veces más económico que el uso de
herramientas manuales.
Para ilustrar, una compañía que produce ventanas especiales utilizaba métodos manuales para
prensar las guías sobre ambos extremos de la placa de vidrio de las ventanas que había sido cubierta
con una envoltura de hule sintético. Las placas de vidrio se mantenían en posición mediante dos superfi
cies acolchonadas que se mantenían unidos entre sí mediante métodos neumáticos. El operador
levantaba la guía y la colocaba sobre el extremo del vidrio de una ventana y después levantaba el
mazo y martillaba la guía para colocarla en su posición sobre el vidrio. La operación era lenta y traía
como consecuencia que el operador sufriera de un gran número de lesiones músculo-esqueléticas
relacionadas con su trabajo.
Además, el desperdicio era considerable debido a la ruptura de vidrios producida por los golpes
de las guías sobre el vidrio. Ante ello, se diseñó un nuevo método que de manera neumática aprisionaba
las guías del vidrio de la ventana sobre una envoltura de hule sintético. Con mucho entusiasmo,
los operadores aceptaron este nuevo método debido a que el trabajo era mucho más fácil; los problemas
de salud desaparecieron, aumentó la productividad y la ruptura de vidrio descendió a niveles
cercanos a cero.
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