miércoles, 10 de abril de 2013

Comparar el ritmo observado con el ritmo tipo - II

Volviendo a la comparación del hombre que anda a pie, la mayoría de quienes lo ven caminar podrían evaluar su velocidad. Probablemente empezarían por clasificar el género de paso en lento, regular o rápido. Con un poco de práctica podrían decir: «Camina a unos 5 kilómetros por hora; a unos 6 kilómetros por hora; a unos 8 kilómetros por hora». Una persona de inteligencia normal que se dedicara a observar a varios hombres caminando a velocidades distintas podría decir: «Ese camina a 4 kilómetros por hora, aquél a 7 kilómetros por hora», y acertaría con bastante aproximación. 
Pero para lograr esa precisión tendría que tener una idea de determinada velocidad con la cual comparar la velocidad que observa. Eso es precisamente lo que hace el analista para valorar; pero como las operaciones que observa son mucho más complejas que el acto sencillo de caminar sin carga alguna, le llevará mucho más tiempo adiestrarse. La evaluación de la marcha a pie sólo se utiliza para formar al analista en las primeras fases de su instrucción y poco se parece a la mayoría de las tareas que es preciso evaluar. Se ha comprobado que más vale utilizar películas o demostraciones de operaciones industriales reales.
La confianza en la exactitud de las propias valoraciones se adquiere únicamente después de larga experiencia y práctica en operaciones de muchas clases, y esa confianza es esencial para el especialista en estudio del trabajo. Es posible que deba justificar sus valores cuando discuta con la dirección, con los capataces o con los representantes de los trabajadores, y si le falta seguridad, pronto perderá la confianza de los demás en sus aptitudes, en cuyo caso más le valdría abandonar la profesión. Por eso, entre otras cosas, si bien los novatos pueden emprender el estudio de métodos tras un período de formación relativamente breve, nunca deberán arriesgarse a fijar tiempos tipo, salvo bajo la dirección de un experto, particularmente si esos tiempos han de utilizarse para establecer sistemas de primas.

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