Quizá parezca curioso que en este ejemplo el producto de 0,20 x 100 sea
0,20 y no 20. Lo que pasa es que la valoración del ritmo nunca da un valor
absoluto, sino un valor relativo fijado por comparación con el valor tipo (100),
de modo que, al calcular el tiempo corregido, el valor atribuido es el numerador
de una fracción en que el denominador es el valor tipo. Cuando este último es
100, la fracción viene a ser un porcentaje, que al ser multiplicado por el tiempo
observado da la constante que llamamos «tiempo básico [del elemento
estudiado]».
Este tiempo básico (0,20 minutos en el ejemplo) representa el tiempo que
se invertiría en ejecutar el elemento (a juicio del observador) si el operario
trabajara al ritmo tipo en vez de hacerlo a la velocidad mayor observada de hecho.
Si se estimara que el operario trabaja más despacio de lo normal, se obtendría
entonces un tiempo básico inferior al observado, por ejemplo:
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