1) Nunca dari 6rdenes directamente a 10s trabajadores, sino siempre por intermedio del capataz, con un- ,ola excepci6n: cuando se trate del perfeccionamiento de mktodos j el capataz haya dicho a1 obrero que siga las instrucciones del especialista.
2) Deberi remitir siempre a1 capataz a 10s obreros que lo consulten para que decida en cuestiones ajenas a la tkcnica del estudio del trabajo.
3) Nunca deberi permitirse delante de un obrero opiniones que puedan interpretarse como criticas del capataz (por grande que sea la tentaci6n). Si el obrero puede decir a1 capataz : << Pero el Sr. .. . me dijo que .. . >> , se creari un problema.
4) Nunca permitiri que 10s obreros lo contrapongan a1 capataz ni lo utilicen para hacerle modificar decisiones que juzguen demasiado severas.
5) Solicitari el asesoramiento del capataz para elegir 10s trabajos que se estudiarin y para todos 10s asuntos tkcnicos relacionados con el proceso de fabricaci6n (aunque lo conozca de sobra), recordando que a1 capataz le toca ocuparse de 61 dia a dia.
Tal vez pueda parecer excesiva esta lista de mandamientos, que vienen a ser reglas de sentido com6n y buena educaci6n. En cualquier fibrica, 10s trabajadores no pueden tener mis que un jefe, el capataz, y hay que hacer todo lo posible por mantener su autoridad. Por supuesto, una vez que el especialista en estudio
del trabajo y el capataz hayan trabajado juntos y se comprendan, ya no sera tan importante observar esas normas, per0 es una cuesti6n de criteria, y la iniciativa de la tolerancia debe partir del capataz.
Si hemos dedicado tanto espacio a las relaciones entre el especialista en estudio del trabajo y el capataz es porque son las mis dificiles de todas y porque es absolutamente necesario que Sean buenas. Uno de 10s mejores medios de lograrlo es formando debidamente a ambas partes.
No hay comentarios:
Publicar un comentario