Cuando inevitablemente sean largos, aunque se cronometren sin interrupción de «corte» a «corte», se deberían valorar cada medio minuto. Se ha comprobado que redondeando los valores a cero o cinco se obtiene suficiente exactitud en el resultado final, y sólo se la puede mejorar con un largo período de capacitación y práctica.
Volvamos ahora al formulario de las figuras 98 y 99. Hemos visto cómo se
llenan dos columnas: «Valoración» (V.) y «Cronometraje» (C.), haciendo los
dos asientos en el mismo renglón.
Se sigue cronometrando durante un número suficiente de ciclos, después de
lo cual se deja el cronómetro en marcha hasta que se lo pueda comparar con el
reloj con el que se lo había sincronizado, y entonces se puede mirar y anotar el
tiempo transcurrido desde el final del cronometraje de la tarea en sí. El estudio
se aproxima a su fin, y el especialista puede ya dedicarse a calcular el tiempo
básico de cada elemento, fase que describiremos en el capítulo siguiente.
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