Los datos sobre rendimiento y ejecución del trabajo se resumen en hojas de
control que se someten al personal superior. En los sistemas perfeccionados de
control de la mano de obra es probable que existan tres clases de extractos o
cuadros de ese género, que se establecen a distintos intervalos y con diferentes
propósitos. Quizá todas las mañanas se prepare un extracto especial para cada
sección, a fin de que el jefe de sección o el capataz conozca los resultados de la
víspera. Una vez por semana se llenará la hoja de control semanal con las cifras
correspondientes a los departamentos, y no ya a las secciones, y esa hoja se
enviará tanto a los capataces como a los jefes de departamento.
Con frecuencia
está prevista para trece semanas, a renglón por semana, a fin de poder comparar
los últimos resultados con los de las semanas anteriores del mismo trimestre. Por
último, se somete a la dirección general, por lo común mensualmente, un informe
de control que puede ser global para toda la empresa o estar desglosado por
departamentos.
Cualquiera que sea el sistema de registro que respalde la medición del
trabajo y el sistema de remuneración, se deberán consignar y después transmitir
a la oficina de salarios y costos, como mínimo, los datos enumerados en el
cuadro 28.
Conviene señalar que, con la difusión del uso de miniordenadores y la
disponibilidad de programas, la implantación de un sistema de control resulta más
fácil, más rápida y menos costosa. Además, mediante la informática, la dirección
puede estudiar en profundidad los tiempos improductivos y sus causas, así como
la productividad de uno o varios servicios, o de la empresa en su totalidad.
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