Cuando se aplica a todo un taller o fábrica, por ejemplo a los 500 trabajadores de la figura 105, un sistema de remuneración por rendimiento, el efecto se
asemeja al ilustrado en la figura 107.
El estímulo de una remuneración proporcional al rendimiento no hará que
el operario inexperto o lento trabaje tan de prisa ni tan bien como el experto o el
rápido por naturaleza, pero si todos en el taller trabajan con arreglo a un sistema
de primas bien concebido y las demás condiciones siguen siendo las mismas, el
resultado será que todos trabajarán con mayor constancia.
Desaparecerán los
cortos períodos de tiempo improductivo mencionados y se reducirá el tiempo
medio general del trabajo. (Tal vez sea ésta una simplificación excesiva, pero es
válida a título de ejemplo.) La curva de distribución normal de la figura 105 se
dirigirá hacia la izquierda, aunque más o menos con la misma forma. Esto puede
verse claramente en la figura 107, donde el máximo de la curva (tiempo medio)
se sitúa en 36 segundos, y no en 48, lo que representa una reducción de 25 por
ciento.
Ahora bien, aunque el ritmo tipo de trabajo sea el que da naturalmente a sus
movimientos el obrero calificado medio cuando tiene motivo para concentrarse
en su trabajo, es desde luego posible, y hasta normal, que supere ese ritmo si así
lo quiere, del mismo modo que un adulto, si quiere, puede andar a más de 7 kilómetros por hora. Los operarios, por momentos sobrepasan el ritmo tipo y por
momentos no llegan a alcanzarlo. El «desempeño tipo» se logra trabajando
durante el turno a velocidades que dan en promedio el ritmo tipo.
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