La empresa dentro de la empresa
La organización de las unidades de producción en función del producto mismo
se está difundiendo cada vez más como método para planear la producción por
lotes. Hasta ahora se había utilizado en este tipo de actividad la distribución
funcional, es decir, el método que consistía en agrupar en un mismo taller o
departamento las máquinas destinadas a funciones similares.
Con la nueva organización se sigue la dirección exactamente opuesta. Para
definir la organización en función del producto se puede decir que consiste en
estructurar unidades de producción organizadas y equipadas de modo que puedan
fabricar de manera autónoma determinado producto o «familia» de productos
acabados. En otras palabras, lo que se procura es agrupar, desde el punto de vista
tanto físico como administrativo, toda la cadena de producción de un artículo o
grupo de artículos precisos.
Refiriéndonos a lo expuesto anteriormente sobre los grupos organizados
según la secuencia del proceso, podemos decir que se trata de una solución basada
en el mismo principio, no sólo en lo que se refiere a la producción, sino también
al método de organización.
La unidad basada en el producto es de mayores
dimensiones que el referido grupo, fabrica productos o componentes más
complejos y puede estar formada por varios de tales grupos.
La unidad de ese género debería tener la capacidad de funcionar más bien
como una empresa dentro de la empresa, lo que significa que debe estar dotada
de autonomía con respecto a su entorno.
Se le deberían proporcionar todos los
elementos que necesite para fabricar de principio a fin el respectivo producto o
componente, y también debería disponer de recursos administrativos propios, así
como de servicios auxiliares suyos, es decir, servicios de mantenimiento,
transporte y manipulación de materiales, etc.
Al reunir todos los elementos de la producción dentro de la unidad,
centralizando la cadena entera en un solo lugar, se reducen al mínimo los vínculos
de dependencia con otras secciones y se facilita la coordinación de los productos
dentro de la propia unidad.
Así se pueden idear y aplicar procesos sencillos de
planificación y abreviar el tiempo de tránsito del producto por la cadena. La
unidad alcanzará entonces una verdadera autonomía con respecto a las zonas de
trabajo que la rodean.
Sin embargo, para que este método funcione debidamente, la unidad debe
disponer de todas las máquinas que necesita para realizar la producción completa.
Por lo general, el índice de utilización de las máquinas será inferior al de un taller
organizado por funciones. El grado posible de utilización de su capacidad será,
pues, un factor clave cuando se examine la viabilidad de este modelo de
organización, y se deberá comparar con las ventajas, sobre todo el monto inferior
del capital inmovilizado en existencias y la simplificación de las tareas
administrativas.
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