Muchas de las operaciones que se realizan en una fábrica tienen varios elementos
comunes. El elemento «andar» o «caminar», por ejemplo, forma parte de
numerosas tareas. Actividades distintas como pintar, manipular o trabajar en una
obra de construcción comprenden invariablemente un elemento «andar». Al
establecer los tiempos de dichas actividades, de hecho, el mismo elemento común
se cronometra muchas veces. Por consiguiente, la labor de! especialista en estudio
del trabajo sería mucho más fácil si dispusiera de un conjunto de datos que le
permitieran determinar rápida y fácilmente los tiempos tipo de tales elementos,
sin tener necesariamente que cronometrarlos uno por uno. Si, por ejemplo, se
pudiera hallar en una tabla el tiempo tipo para el elemento específico «andar»,
no sólo se ahorrarían dinero y energías, sino que también se obtendría una mayor
coherencia en las estimaciones de los tiempos.
Son evidentes, por lo tanto, las ventajas de establecer un banco de datos
tipo para los diversos elementos que aparecen repetidamente en el lugar de
trabajo. Si hubiera datos fiables de ese género para una amplia gama de elementos
no sería necesario efectuar un estudio de tiempos para cada nueva tarea: descomponiendo la tarea en elementos, y buscando en el banco de datos los tiempos
normales de cada elemento podría calcularse el tiempo total necesario para
ejecutar la nueva tarea, y se determinaría su tiempo tipo sumando los correspondientes suplementos de tiempo en la forma acostumbrada.
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