Los elementos variables son más difíciles de analizar. Hay que averiguar por qué
varía el tiempo básico, y muy a menudo es posible que se deban tener en cuenta
varios factores a la vez. Veamos, por ejemplo, la operación de aserrar a mano unas
tablas en trozos. El tiempo básico para cortarlas variará según la anchura de la
tabla, que determina la longitud del corte, y también según su espesor y la dureza
de la madera. Si hay que afilar la sierra, el corte llevará más tiempo, pero ahí se
consideraría que se está empleando un método erróneo, de modo que se deberían
descartar las observaciones realizadas mientras el aserrador utilizaba una
herramienta desafilada.
Tratándose de elementos variables, lo primero que se hace casi siempre es
convertir los tiempos observados en tiempos básicos. Estos se señalan en un papel
cuadriculado frente a las variables conocidas.
Así pues, en este caso, en vez de
la hoja habitual de análisis de los estudios habrá una hoja de gráfico, que una vez
llenada en la etapa de resumen del estudio se anexa frecuentemente a la hoja de
análisis para continuar las anotaciones hechas a propósito de los elementos
constantes.
Al construir el gráfico se elige en lo posible como variable la que al servir
de coordenada lleve a una disposición de los tiempos básicos en línea más recta.
A veces, cuando el análisis de la operación hace pensar que la variabilidad con
el tiempo quizá no sea aritméticamente lineal, se puede emplear papel logarítmico,
pero muy a menudo es imposible descubrir una relación de línea recta entre el
tiempo y la principal variable, ni con ninguna combinación de variables que se
pruebe. En estos casos la línea final será una curva, con el trazo más unido posible
entre los puntos marcados a partir de todos los estudios sobre el elemento.
Los
tiempos básicos de ese elemento se seleccionarán buscando en la curva la
coordenada apropiada cada vez que se deba calcular un tiempo tipo.
En el ejemplo del corle de tablas el analista tratará los tiempos observados
según la operación sea incidental y no se efectúe con frecuencia o bien se repita
varias veces al día y constituya una parte apreciable del total de trabajo realizado.
En este último caso probablemente tendrá que construir una serie de gráficos, uno
por cada dureza de madera, y en cada gráfico una familia de líneas, una por cada
espesor de la tabla. Señalará los tiempos por referencia a 1a longitud del corte.
Como la relación será lineal, una vez que la descubra podrá expresar las líneas
en fórmulas, representando las variables por factores, y así prescindirá de gráficos
para calcular los tiempos básicos. Si el elemento no es suficientemente importante
para justificar tanta minuciosidad, el analista probablemente elegirá como abscisa
el producto « anchura x espesor de la tabla», combinando así dos de las principales
variables, y también tratará de establecer un factor por el cual multiplicar la
relación que encuentre a fin de representar las distintas durezas de la madera. La
técnica estadística del análisis de regresión múltiple resulta sumamente útil para
el cálculo de los tiempos variables. En el capítulo 27 se presenta una descripción
de esta técnica.
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