Si se considera oportuno prever en el tiempo de la tarea cierto margen para
contingencias, ese margen se calcula también en la hoja de análisis de los estudios.
El primer paso consiste en calcular el porcentaje que representa el total de
contingencias observadas en el total del trabajo restante observado. El tiempo
dedicado a contingencias es tan parte del trabajo como el dedicado a elementos
repetitivos y casuales, de modo que también debe registrarse en minutos básicos.
Si el porcentaje es muy bajo, lo más práctico probablemente sea tomar ese valor
como porcentaje de margen para contingencias, pero si pasa de 4 o 5 por ciento,
más vale averiguar las causas de las contingencias para eliminarlas o reducirlas
en lo posible. Si así se hace, el porcentaje hallado antes de tomar las medidas del
caso ya no será válido, y habrá que comenzar de nuevo las observaciones.
A esta altura hemos elaborado el tiempo básico que atribuir a la tarea u
operación, con todos los elementos repetitivos y casuales y con las pequeñas
4 cantidades de trabajo adicional que puedan surgir a veces y sean contingentes.
Como el cálculo se hizo elemento por elemento, si más tarde se cambia
ligeramente la tarea, quitándole, modificándole o añadiéndole algún elemento,
ya no se necesitaría estudiarla íntegra de nuevo: todos los datos de la hoja de
análisis referentes a los elementos inalterados conservarán su validez en la nueva
serie de elementos y se podrá efectuar un nuevo cálculo estudiando sólo los que
sean novedad.
Ahora bien, el tiempo básico no es más que una parte del tiempo tipo que
debe corresponder a la tarea u operación, y hay que añadirle ciertos suplementos
para poder establecer el tiempo tipo. Es preciso examinar algunos de ellos, pero
antes se debe aclarar a fondo lo que se entiende por dos expresiones
frecuentemente empleadas en páginas anteriores, pero no definidas aún con
precisión, es decir, contenido de trabajo y tiempo tipo.
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