Los estudios de tiempos exigen el registro de numerosos datos (códigos o
descripciones de elementos, duración de elementos, notas explicativas). Los
apuntes se pueden tomar en hojas en blanco, pero mucho más cómodo es emplear
formularios impresos, todos del mismo formato, lo que además permite colocarlos
en ficheros fáciles de consultar después. Por otra parte, los formularios impresos
prácticamente obligan a seguir cierto método y no dejan, pues, omitir ningún dato
esencial.
Ha de haber tantos modelos de formularios como empresas que hagan
estudios de tiempos. La mayoría de los especialistas veteranos tienen su teoría
sobre el trazado ideal.
En esta obra se presentan modelos que han dado buenos
resultados prácticos en los estudios de orden general.
Los principales modelos caen en dos categorías: los que se utilizan mientras
se hacen las observaciones, de modo que deben tener un formato adaptado al del
tablero, y los que sirven después, en la oficina, cuando se han reunido ya los datos.
Los formularios son innecesarios cuando el observador utiliza un tablero
electrónico o un aparato para tomar los datos y analiza luego los resultados por
medio de un ordenador. Sin embargo, es necesario tomar notas sobre el trabajo
en observación, especialmente si éste difiere de la práctica o se aparta de las
condiciones normales; para ello, bastará una simple hoja en donde se registren
como mínimo la fecha, la hora, el nombre del observador y el del operario.
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