de primera mano. Al igual que el diagrama de recorrido, se utiliza las más de las
veces para completar un cursograma, de modo que los dos juntos den la idea más
clara posible de lo que se está haciendo en realidad. Como siempre, el cursograma
se examinará con espíritu crítico para cerciorarse de que se suprimieron todas las
actividades innecesarias antes de idear un nuevo método.
Se puede emplear el diagrama de hilos para seguir los movimientos de
materias u objetos, y a veces se lo emplea con ese fin, sobre todo si un especialista
en estudio del trabajo quiere averiguar fácilmente cuánta distancia recorren las
cosas. Por ejemplo, se hubieran podido hacer diagramas de hilos para los diversos
ejemplos del capítulo anterior, pero no se precisaban porque el diagrama de
recorrido común bastaba para dar todos los datos necesarios y, en los casos
ilustrados, era más fácil de dibujar. Lo corriente, sin embargo, es que el diagrama
de hilos se utilice para establecer los movimientos de trabajadores, y ésa es la
aplicación que estudiaremos en los ejemplos del presente capítulo.
El especialista en estudio del trabajo va siguiendo al operario objeto del
examen a medida que va y viene con motivo de su trabajo. (Si la zona en que se
desplaza es relativamente reducida y se puede abarcar con la mirada desde un
punto fijo, no hay necesidad de seguirlo.)
El especialista anota metódicamente
todos los puntos a los que va el trabajador, y cuando el trecho es relativamente
largo, también la hora de salida y de llegada. Se ahorrará muchas anotaciones si
emplea números, letras, etc., para designar las máquinas, depósitos u otros puntos
del recorrido.
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