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lunes, 29 de julio de 2013
domingo, 28 de julio de 2013
Ejemplo de estudio de tiempos - Extracto de una hoja de análisis de estudios - II
En la tercera columna se ve que los elementos repetitivos aparecían con una frecuencia de
una vez por ciclo (1/1), de modo que los minutos básicos por ciclo que se registran en la última
columna coinciden con los de la antepenúltima columna.
El tiempo no ocupado (elemento E) se
calculó de la misma manera que en el resumen: se restaron los minutos básicos de tiempo interior
del tiempo condicionado por la máquina. En general, el tiempo no ocupado no se evalúa sino
después de sumar el suplemento por descanso a los elementos de trabajo, pero en este caso, como
se verá al llegar a dicho suplemento, esa precaución no era necesaria.
El elemento casual «Ayudar a descargar» se observó sólo tres veces, en tres estudios
distintos.
Como se sabe que la carretilla lleva tres cajas con 10 piezas cada una, es evidente que la
frecuencia de este elemento debe de ser de una vez por cada 30 piezas, o sea por cada 30 ciclos.
El tiempo básico medio por vez se dividió, pues, por 30 y se obtuvo el tiempo básico por ciclo:
0,04 minutos.
Para el elemento « Hablar con capataz » se dividió el tiempo total observado por los 92 ciclos,
lo que dio 0,01 minutos por ciclo. Lo mismo se hizo con el elemento «Inspector verifica», aunque
en este caso, como se sabía por el capataz que el inspector debía verificar tres piezas cada 100, se
indicó como frecuencia 1/100. Estos dos períodos muy breves, registrados en minutos efectivos,
se asimilaron posteriormente a contingencias y se tuvieron en cuenta en los suplementos por
concepto de estas últimas.
sábado, 27 de julio de 2013
Ejemplo de estudio de tiempos - Extracto de una hoja de análisis de estudios - I
Figura 125. Extracto de una hoja de análisis de estudios
A medida que cada estudio de tiempos se elaboraba y resumía, las anotaciones de la hoja
de resumen se pasaban a una hoja de análisis. Esas hojas a menudo se mandan imprimir en papel
de formato A3 de doble oficio o aún más grande, de modo que sólo se reproduce aquí parte de la
hoja.
Se verá que de esta operación se hicieron en total cinco estudios, en que cuatro especialistas
distintos observaron 92 ciclos, efectuados por tres operarios.
Los tiempos tipo de las operaciones
corrientes de mecánica se compilan habitualmente a partir de normas de tiempo predeterminadas
(véase capítulo 26), y cuando se ha acumulado una buena cantidad de datos, a menudo es posible
establecer tiempos tipo exactos con menos estudios, o bien observando un número más reducido
de ciclos.
Cuando se revisaron los resultados correspondientes a los elementos A, B, C, D, F y G no
se vio ninguna anomalía que indujera a hacer mayores investigaciones, y se procedió en seguida
al establecimiento de los tiempos básicos seleccionados finales de esos elementos. Para cada uno
de éstos se sacó el promedio ponderado de los tiempos.
Como todos los elementos repetitivos eran
también constantes, no se necesitó representarlos gráficamente. En la primera de las cuatro
columnas de la derecha de la hoja se anotaron los respectivos tiempos básicos totales; después se
dividieron por 92, o sea el número de ciclos, y se obtuvieron los minutos básicos por vez, que se
apuntaron en la columna siguiente. Nótese que ahora sólo se conservan dos decimales, es decir,
una aproximación de centésima de minuto.
viernes, 26 de julio de 2013
jueves, 25 de julio de 2013
Ejemplo de estudio de tiempos - Hoja de resumen de estudio
Figura 124. Hoja de resumen de estudio
Dijimos que la hoja de resumen era la última del pliego de 5 que se guardó en los ficheros
como constancia del respectivo estudio. Como las hojas llenadas en el curso de las observaciones
inevitablemente se van ajando y como las anotaciones que llevan, hechas a la mayor velocidad
posible, a menudo consisten en abreviaturas escritas con mala letra y difíciles de entender (a menos
de ser su autor), la hoja de resumen sirve no sólo para presentar concisamente todos los resultados
del estudio, sino también para consignar en los espacios del membrete, con tinta y letra clara, todos
los datos de la operación que se habían apuntado al principio en la primera hoja del estudio.
Lo primero que se escribió fueron los elementos repetitivos A a G, excluyendo E, y se indicó
que tres de ellos eran trabajo interior y los otros tres exterior. Las cantidades de la columna «T.B.
» son los tiempos básicos por vez y se copiaron de la hoja de trabajo de la figura 123. En cada línea
se señaló como frecuencia 1 /1, lo que significa que cada elemento aparecía una vez por ciclo. Los
tiempos del elemento efectuado por la máquina y el consiguiente tiempo no ocupado del operario
(elemento E) se apuntaron más abajo.
En la columna « Obs.» se indica el número de observaciones
del elemento que se tuvieron en cuenta al calcular el tiempo básico seleccionado. Esa información
se pasará a la hoja de análisis, donde servirá para deducir los tiempos básicos seleccionados que
entrarán en la compilación del tiempo tipo.
Bajo el epígrafe « Elementos casuales y contingencias » se indica el tiempo básico del ele-
mento durante el cual el operario ayudó a cargar y descargar cajas de piezas. Se verá que este
elemento sólo se produjo una vez y que su frecuencia debía ser 1/30, puesto que llegaron tres cajas
de piezas bastas y se cargaron tres cajas de piezas acabadas. Los otros sucesos no repetitivos que
se observaron fueron «Hablar con capataz» y «Pasa inspector, verifica tres piezas y comenta».
Como esos episodios no tenían ritmo que valorar, sus tiempos se expresaron en minutos efectivos
(m.e.).
Finalmente, el analista consignó en minutos efectivos la pausa que hizo el operario durante
el período estudiado.
Los tiempos básicos figuran con la tercera decimal, y así se pasaron también a la hoja de
análisis. Puede parecer una precisión injustificada para el grado de exactitud de ios datos en que
se basan los asientos, pero las centésimas de minuto pueden tener importancia si se procede a
multiplicaciones posteriores. En efecto, si en la hoja de análisis se decide hacer la selección final
de los tiempos básicos sacando promedios, cada una de las cantidades registradas se multiplicará
por el correspondiente número de observaciones para obtener el total de minutos básicos del
elemento que se había observado. Se sumarán entonces los totales de todos los estudios de que fue
objeto la operación y el resultado se dividirá por el número total de observaciones para obtener el
promedio general. En esa etapa, una vez hechos todos los cálculos aritméticos, las selecciones
finales se expresarán con una aproximación de dos decimales solamente, o sea al centésimo de
minuto más cercano.
miércoles, 24 de julio de 2013
martes, 23 de julio de 2013
Ejemplo de estudio de tiempos - Hoja de trabajo - II
El tiempo que tardaba la máquina en acabar el fresado no variaba de ciclo a ciclo: estaba determinado por la regulación automática de la velocidad de avance y de la profundidad del labrado. Era, pues, muy fácil de calcular. En este estudio, el tiempo condicionado por la máquina empezaba al final del elemento A y acababa al terminar el elemento E, de modo que se podía deducir de las hojas de estudio restando el cronometraje de A del cronometraje de E.
Los resultados se tabularon debajo del epígrafe «TCM », a la derecha de la hoja de trabajo. Estos tiempos son, evidentemente, minutos efectivos, y no tiempos básicos.
Se observará que dos de los TCM se destacan por el círculo que los rodea. El especialista no señaló en sus apuntes que hubiera anomalías, y al examinar las cifras de los ciclos en que apare- cieron esos tiempos insólitos tampoco salta a la vista la explicación. Posiblemente el TCM más breve se haya debido a que el operario, que accionaba la máquina a mano antes de engranar el avance automático, haya demorado más que de costumbre en hacerlo sin que el analista lo notara.
A su vez, el TCM más largo del ciclo 17 puede deberse a que el operario no haya detenido la máquina con la rapidez habitual, también sin que se advirtiera la tardanza. Los dos tiempos con círculo alrededor se excluyeron del total de 13.05 minutos efectivos de tiempos condicionados por la máquina, de modo que ese total se dividió por 16, y no por 18, para sacar el promedio de TCM, o sea 0,816. En cuanto al elemento E, o sea el tiempo no ocupado, se restó del promedio de TCM el total de los tiempos básicos seleccionados de los elementos B, C y D (que corresponden a trabajo interior) y se obtuvo, como promedio del tiempo no ocupado, 0,257 minutos.
Al llegar a esta etapa de elaboración se acostumbra conservar la tercera decimal de los tiempos básicos seleccionados y proseguir los cálculos con ese grado de aproximación en la hoja de resumen y en la de análisis de los estudios.
lunes, 22 de julio de 2013
Ejemplo de estudio de tiempos - Hoja de trabajo - I
Figura 123. Hoja de trabajo
Los elementos repetitivos A, B, C, D, F y G eran todos de carácter constante, de modo que sus correspondientes tiempos básicos seleccionados se obtuvieron sacando sencillamente los promedios. Como se dijo en el capítulo 20, los datos se pueden analizar de varias maneras, por lo cual no se acostumbra mandar imprimir formularios especiales.
Cualquier papel rayado o cuadriculado sirve, y cuando se ha hecho cuadricular el dorso de la primera página del formulario de estudio (para facilitar los croquis) se puede emplear perfectamente, después de señalar arriba el número del estudio y el número de la hoja. Si el estudio es muy sencillo, el análisis se puede efectuar directamente en la hoja de resumen, aunque trazando algunas columnas más en el espacio «Descripción del elemento».
Los métodos para obtener los tiempos básicos seleccionados se exponen en el capítulo 23. En este caso no se descubrió ninguna anomalía en los tiempos básicos alineados bajo los elementos A, B, C, D, F y G, y no hubo, pues, necesidad de descartar cifras aberrantes. Se totalizaron entonces los tiempos básicos de cada elemento y se calculó el tiempo básico seleccionado dividiendo cada total por el número de observaciones (18).
Debajo del elemento E «Esperar que máquina acabe de fresar» no hay cifras, puesto que era un tiempo no ocupado, que, por tanto, no se sometía a valoración. En cada ciclo, la duración efec- tiva de ese tiempo no ocupado dependía de la velocidad a la cual el operario despachaba el trabajo interior que ejecutaba sobre otra pieza mientras la máquina seguía fresando automáticamente.
Los elementos repetitivos A, B, C, D, F y G eran todos de carácter constante, de modo que sus correspondientes tiempos básicos seleccionados se obtuvieron sacando sencillamente los promedios. Como se dijo en el capítulo 20, los datos se pueden analizar de varias maneras, por lo cual no se acostumbra mandar imprimir formularios especiales.
Cualquier papel rayado o cuadriculado sirve, y cuando se ha hecho cuadricular el dorso de la primera página del formulario de estudio (para facilitar los croquis) se puede emplear perfectamente, después de señalar arriba el número del estudio y el número de la hoja. Si el estudio es muy sencillo, el análisis se puede efectuar directamente en la hoja de resumen, aunque trazando algunas columnas más en el espacio «Descripción del elemento».
Los métodos para obtener los tiempos básicos seleccionados se exponen en el capítulo 23. En este caso no se descubrió ninguna anomalía en los tiempos básicos alineados bajo los elementos A, B, C, D, F y G, y no hubo, pues, necesidad de descartar cifras aberrantes. Se totalizaron entonces los tiempos básicos de cada elemento y se calculó el tiempo básico seleccionado dividiendo cada total por el número de observaciones (18).
Debajo del elemento E «Esperar que máquina acabe de fresar» no hay cifras, puesto que era un tiempo no ocupado, que, por tanto, no se sometía a valoración. En cada ciclo, la duración efec- tiva de ese tiempo no ocupado dependía de la velocidad a la cual el operario despachaba el trabajo interior que ejecutaba sobre otra pieza mientras la máquina seguía fresando automáticamente.
domingo, 21 de julio de 2013
sábado, 20 de julio de 2013
Ejemplo de estudio de tiempos - VI
Figura 122. Formulario de estudio de tiempos: continuación (hoja 3)
Lo primero que se anotó en esta hoja fue una interrupción: al pasar el inspector, verificó
tres piezas y comentó algo con el obrero. El tiempo invertido en ese episodio, al igual que el
registrado en la hoja anterior al lado de « Hablar con capataz », se contó después como contingencia.
Al acabar el ciclo 16 surgió un nuevo elemento de trabajo: ayudar al peón a descargar y
cargar cajas. Ese elemento era casual, por oposición a los designados A a G. que eran repetitivos.
El especialista valoró y cronometró el elemento, pero, en vista de que duraba más de un minuto,
le atribuyó un valor y le midió el tiempo al cabo de los dos primeros medios minutos y también al
final del elemento. Esta práctica, que permite lograr mayor exactitud, se explicó en la sección 9
del capítulo 21.
De vuelta en su oficina al acabar las observaciones, el especialista llenó primero los espa-
cios «Término» y «Tiempo transcurrido» del membrete de la primera página, y empezó a llenar
la tercera columna restando cada tiempo cronometrado del siguiente y apuntando el resultado bajo
el epígrafe «T.R.». Al pie de cada columna sumaba los respectivos «tiempos restados», para pasar
después los subtotales a la hoja 3. La adición de los subtotales dio 35,20 minutos. Añadiéndoles
el tiempo antes y el tiempo después del cronometraje se obtiene como resultado 38 minutos, cifra
que coincide con la del tiempo transcurrido y sirve para probar que las restas estaban bien hechas.
La etapa siguiente, la «conversión», consiste en multiplicar cada tiempo restado por su
respectiva valoración para obtener el tiempo básico y apuntarlo en la cuarta columna. Esa operación
se facilita mucho con una pequeña calculadora de bolsillo. Las cantidades se redondean a la
centésima de minuto más próximo: 0.204 minutos, por ejemplo, se convierte en 20. y 0,206, en
21, pero queda en suspenso el caso de 0,205. Observando el formulario de la figura 98 vemos que
en ese estudio preciso se aplicaba la regla de redondear para abajo: en efecto, el elemento G del
ciclo 15 lleva la valoración 105 y un tiempo restado de 10, lo que da, con tres decimales, un tiempo
básico de 0,105 minutos, pero la cantidad anotada es sólo 10, sin las 5 milésimas.
En el estudio se
verán otros ejemplos análogos, aunque la mayoría de los especialistas aplican la regla inversa y
redondean la media centésima para arriba.
viernes, 19 de julio de 2013
Ejemplo de estudio de tiempos (grafica)- V
Figura 121. Formulario de estudio de tiempos: continuación (hoja 2)
Las anotaciones ocuparon en total tres hojas. En la figura 121 aparece la primera de las dos
hojas de continuación, y se notará que arriba a la derecha dice: «Hoja núm. 2 de 5». En efecto, a
su debido tiempo se añadirán a las tres hojas la de análisis y la de resumen del estudio, que al
prenderse con las demás constituirán el juego de cinco.
Además de las valoraciones y cronometrajes anotados como en la primera página, en esta
hoja figuran dos interrupciones: «Hablar con capataz» y «Pausa de media mañana». En ninguna
de las dos había ritmo que valorar, evidentemente. A la primera se le dio cabida entre las
contingencias, y la segunda se tuvo en cuenta en el suplemento por descanso que se agregó al
compilar el tiempo tipo de la operación.
jueves, 18 de julio de 2013
miércoles, 17 de julio de 2013
Ejemplo de estudio de tiempos - III
Todos los datos previstos en el membrete del formulario (salvo la horade término y el tiempo
transcurrido) se anotaron antes de poner en marcha el cronómetro y empezar el estudio.
Si éste hubiese sido el primer estudio de la operación, el analista habría detallado los
elementos y cortes en la columna de la izquierda, «Descripción del elemento», pero en este caso
no era necesario porque los datos figuraban ya en la ficha ilustrada en la figura 118. En cambio,
el analista tiene que observar unos cuantos ciclos de la operación para cerciorarse de que el obrero
aplica el método consignado y para familiarizarse con los cortes antes de empezar a apuntar. Los
elementos se identificaron sencillamente con letras, de A a G.
El analista puso el cronómetro en marcha a las 9.47 en punto, por el reloj de la oficina o por
su propio reloj de pulsera.
El cronómetro anduvo 1,72 minutos antes de que empezara el ele-
mento A del primer ciclo, y esa cifra es la primera que se apunta, con la indicación «Antes del
cronometraje». Como se trata de un estudio con el método acumulativo, se deja andar el cronó-
metro sin parar hasta el final. Incluso cuando el analista interrumpe el estudio después de observar
18 ciclos, deja el cronómetro en marcha hasta que en el reloj de la oficina el minutero marca un
minuto en punto (a las 10.25). Anota esa hora y entonces sí detiene el cronómetro.
Esos apuntes
finales aparecen al pie de la figura 122.
Las cuatro columnas utilizadas en el cronometraje acumulativo son: «Valoración» (V.),
«Cronometraje» (C.), «Tiempo restado» (T.R.) y «Tiempo básico» (T.B.). La valoración precede
a los demás datos porque es preferible que el observador se forme su idea del ritmo de trabajo
mientras está en curso el elemento, y no después de cronometrarlo. Si se hubiera aplicado el método
de vuelta a cero, no se habría necesitado la columna C.
Sólo se van llenando durante las observaciones los columnas V. y C. Las otras dos se llenan
posteriormente, en la oficina. En la práctica, las cifras consignadas en el propio taller se anotan
con lápiz, y las calculadas en la oficina, con tinta o con un lápiz de otro color.
En este ejemplo, el analista numeró los ciclos observados acotando una cifra (de 1 a 18) con
un círculo alrededor a la izquierda de la columna «Descripción del elemento».
Al apuntar los tiempos no se necesita señalar las decimales. El primer asiento, o sea el tiempo
antes del cronometraje, 172, significa 1,72 minutos.
El tiempo siguiente se observó 1,95 minutos
después de ponerse en marcha el cronómetro, pero basta con apuntar 95. El tercer asiento, 220,
indica que habían transcurrido desde el principio 2,20 minutos; ahí las cantidades vuelven a ser
de dos cifras hasta que pasa otro minuto más. Durante el ciclo 15 (consignado en la figura 122),
el tiempo total del estudio superó los 30 minutos, o sea el tiempo que tarda la manecilla de la cara
pequeña del cronómetro en dar toda la vuelta. Como el estudio continuó mientras la manecilla
empezaba otra vuelta, los tiempos observados comienzan de nuevo por 1. Obsérvese que el
cronometraje del elemento F del ciclo 15 era de 106, lo que significa, evidentemente, 31,06 minutos
después que se puso en marcha el cronómetro.
El elemento E - « Esperar que máquina acabe de fresar» - no representa trabajo y, por tanto,
0 no se valoró su ritmo, ni tampoco se señaló una cantidad en la columna «Tiempo básico».
martes, 16 de julio de 2013
Ejemplo de estudio de tiempos (Croquis de la pieza y del lugar de trabajo)- II
Figura 119. Croquis de la pieza y del lugar de trabajo
El croquis del lugar de trabajo generalmente se necesita más cuando se estudia un montaje
o la manipulación de materiales que cuando se trata de operaciones en los talleres, pues en éstos
las máquinas se suelen disponer de la misma manera aunque cambie el trabajo. En el croquis de
la pieza que labrar se mostrarán las superficies trabajadas, y si se trata de tornos revólver, también
la disposición de las herramientas. Los dibujos se hacen más fácilmente en papel cuadriculado, y
si se desea que todas las informaciones sobre el estudio figuren en la misma hoja, el croquis se
puede hacer al dorso del formulario de estudio de tiempos, el cual, a su vez, puede mandarse
imprimir como papel cuadriculado.
lunes, 15 de julio de 2013
Ejemplo de estudio de tiempos - I
Ahora pasaremos a desarrollar un
estudio de tiempos completo. Para seguir sin dificultad y paso a paso el correspondiente proceso y el cálculo del tiempo tipo es preferible ir estudiando los
formularios que ilustran el texto.
Se eligió este ejemplo porque:
□ es sencillo;
□ ya fue objeto de un estudio de métodos;
□ comprende a la vez elementos manuales y mecánicos;
□ es típico del género de operaciones que se observan en todas las empresas
de la industria mecánica y de otras industrias en que se emplean máquinas
y procesos semiautomáticos.
Los formularios empleados son los de uso general que se habían ilustrado
en el capítulo 20. Aunque todos los apuntes se hacen a mano, se acostumbra
espaciar las líneas como para mecanografiarlos porque puede ocurrir que se deban
distribuir copias en limpio de los estudios con fines de examen o circulación.
El estudio detallado en este capítulo no era el primero que se hacía de la
operación. Los elementos y los cortes se definieron cuando se inició el estudio
de métodos, y se consignaron entonces en una ficha preparada y archivada por el
departamento de estudio del trabajo.
Es ésta una excelente costumbre cuando se
presume que la operación se va a estudiar varias veces, quizá por personas
distintas. Así es seguro que todos los apuntes de las diversas series son compa-
rables entre sí. Los elementos y cortes aparecen en la figura 118 y los croquis de
la pieza y del lugar de trabajo se presentan en la figura 119.
Aunque el ejemplo que se estudió detalladamente es muy sencillo para tra-
tarse de una actividad fabril, se puede aplicar exactamente el mismo procedi-
miento a las operaciones no fabriles o a cualquier otro trabajo que se estudie con
objeto de fijar normas de tiempo. Las operaciones enteramente manuales, como
el montaje, se tratarían de la mismísima manera.
domingo, 14 de julio de 2013
Suplemento por interferencia - III
Es típico el caso del tejedor encargado de una serie de telares. Las
interrupciones pueden deberse a muchas causas. En la resistencia del hilo, y por
tanto en la frecuencia de los paros, influye la preparación de los materiales que
forman la urdimbre y la trama, así como la temperatura y la humedad reinantes
en la tejeduría, que probablemente cambien ambas señaladamente varias veces
durante el turno.
El buen o mal estado de conservación de los telares también
influye en los paros, pero la velocidad y pericia del tejedor también tendrán su
incidencia, puesto que el obrero muy ducho a menudo puede evitar los contra-
tiempos viéndolos venir y tomando medidas preventivas.
En circunstancias de este tipo, el tiempo no ocupado se debe evaluar (para
distribuir la carga de trabajo entre individuos), al igual que la interferencia (para
calcular los tiempos tipo), mediante extensos estudios de visu que abarquen toda
la diversidad de condiciones de trabajo y de variedad de materiales con que se
trabaje (todos los tipos de hilo, por ejemplo). Quizá haya que dedicarles muchos
días o semanas, cuando no varios meses.
El mucstrco del trabajo es una técnica
apropiada para este fin, y fue ideada expresamente para la industria textil. Es
mucho más económica que el estudio de tiempos, que para no resultar
excesivamente demorado y engorroso sólo se podría aplicar a talleres muy
pequeños. Con el muestreo del trabajo, en cambio, una sola persona puede
observar diez o docc telares en un taller y registrar todos los datos que necesite,
lo que sería imposible con los métodos ordinarios del estudio de tiempos.
En cuanto a los métodos perfeccionados del estudio del trabajo más
adelantado, que se aplican en situaciones complejas con muchas máquinas para
evaluar la interferencia y calcular los correspondientes suplementos, no tendría
sentido detallarlos en un texto de iniciación como éste.
La mayoría de ellos se
basan en procedimientos estadísticos y el cálculo de probabilidades, y su objeto
es hacer predicciones fidedignas sin recurrir al estudio de tiempos ni al muestreo
del trabajo. Para ello se han establecido fórmulas, curvas y juegos de tablas que
ayudan a determinar la interferencia y la producción probable consiguiente de
diversas combinaciones obrero-máquina. Tales sistemas, si se utilizan con
cuidado, dan la posibilidad de ahorrar muchísimo tiempo al estudiar ciertas situa-
ciones particulares y complejas en que coinciden múltiples máquinas y trabajo
en equipo. Con todo, las predicciones que se hagan a partir de tales fórmulas y
tablas deben en todos los casos corroborarse estudiando de primera mano en el
taller las condiciones de trabajo reales, para tenerlas debidamente en cuenta.
Por regla general, los métodos de estudio del trabajo expuestos en este
mismo capítulo, junto con el muestreo del trabajo (objeto del capítulo 19),
debieran bastar para establecer tiempos tipo fidedignos en la mayoría de
situaciones con que uno tiene probabilidades de tropezar en las empresas.
Quienes
tengan que determinarlos para operaciones complejas con múltiples máquinas
consultarán con provecho obras más avanzadas. No obstante, es preferible no
lanzarse en las técnicas estadísticas mientras no se tenga suficiente experiencia
del estudio de tiempos y también del muestreo del trabajo como para verificar
con ellos el acierto de los pronósticos.
sábado, 13 de julio de 2013
Suplemento por interferencia - II
Cuando la máquina produce en forma continua, en vez de cíclica, especialmente en los procesos químicos, es más corriente fijar los tiempos tipo de
determinado volumen, longitud o peso cómodo de lo que se produzca, más bien
que por pieza u operación. En tejeduría, por ejemplo, se puede decir que a cada
100 metros de tela tejida corresponderán tantos minutos tipo (ósta es, de hecho,
una de las múltiples formas de fijar normas de tiempo en la tejeduría).
Lo más
importante entonces no es ya el contenido de trabajo manual de la tarea, sino la
producción que den las máquinas, aunque en los cálculos del rendimiento se debe,
naturalmente, tener en cuenta la cantidad de trabajo manual exigido por las
máquinas. El tiempo no ocupado tiene su importancia, y casi siempre hay que
determinarlo, no para darle cabida en el tiempo tipo, sino más bien como
indicación del número de máquinas que puede atender un obrero. Para calcular
los tiempos tipo, el suplemento que se debe prever es el de interferencia de
las máquinas: los lapsos durante los cuales algunas de las máquinas estarán
detenidas esperando que llegue el obrero.
viernes, 12 de julio de 2013
Suplemento por interferencia - I
Suplemento por interferencia es el suplemento de tiempo correspondiente a la producción inevitablemente perdida por paro sincronizado
de dos o más máquinas (o procesos) a cargo de un solo obrero. Algo
similar ocurre con el trabajo en equipo.
Extendiendo los métodos descritos y siguiendo los mismos principios para
los diagramas, se puede establecer el orden de operaciones y calcular la
interferencia de una gama bastante amplia de operaciones con múltiples máquinas,
entre las cuales muchas de las usadas en las industrias mecánicas y conexas, sobre
todo aquellas en que las máquinas se paran en forma regular y previsible, más
bien que fortuitamente. Las máquinas de arrollar bobinas, por ejemplo, se detienen
solas cuando la bobina está lista, y es raro que haya contingencias, como la ruptura
del hilo de metal.
En esos casos sencillos, en que el obrero sólo se ocupa de unas pocas
máquinas y el trabajo es cíclico, con un principio y un final bien definidos en cada
ciclo, los tiempos tipo se pueden calcular y expresar exactamente como en el
trabajo irrestricto, es decir: tantos minutos u horas tipo por pieza, tarea u
operación. Es lo que se hace en las operaciones a máquina de la metalurgia ligera,
especialmente cuando los obreros manejan varias máquinas sucesivamente.
En
esos casos los tiempos tipo se calculan como se había explicado antes, a partir
del contenido de trabajo de cada tarea u operación. En ese cálculo no es necesario
tener en cuenta la interferencia de las máquinas, aunque quizá sí lo sea al hacer
pronósticos u otros cálculos de control de la producción. En cambio, habrá que
dejar margen en los tiempos tipo para el tiempo inevitablemente desocupado
que quede durante el funcionamiento de las máquinas, y ese margen también se
podrá calcular en la forma explicada anteriormente.
jueves, 11 de julio de 2013
Trabajo con múltiples máquinas - III
Interferencia de las máquinas
Se entenderá por interferencia de las máquinas el hecho de que varias
máquinas (o procesos) estén esperando que las atienda el obrero
encargado de ellas. Algo similar ocurre en el trabajo en equipo
cuando las demoras fortuitas en un punto pueden alterar el
rendimiento de todo el equipo.
Cuando estudia el trabajo con múltiples máquinas o en equipo (con o sin
máquinas), el analista tiene que examinar primero los métodos empleados a fin
de idear la secuencia que dé el mejor equilibrio, y por tanto el mínimo de
interferencia, y aplicar después técnicas de estudio de tiempos para medir la
cantidad de interferencia que no haya podido eliminar siquiera con la secuencia
óptima. Ese estudio puede resultar a veces sumamente complicado, y a menudo
exige métodos especializados que salen del campo de esta obra.
Si el equipo es de pocos obreros, o si con no más de dos se manejan unas
pocas máquinas, bastará con métodos más sencillos.
La secuencia de las opera-
ciones se puede trazar y estudiar en diagramas de actividades múltiples
(explicados en el capítulo 8), completados por diagramas de ciclo similares a los
de las figuras 115 y 116. Los diagramas de cada máquina se dibujan uno debajo
del otro a escala igual. En la figura 117 se ilustra el ejemplo sencillo del obrero
sólo con tres máquinas.
En este ejemplo no hay trabajo interior, de modo que el obrero, en cuanto
pone en marcha una máquina, puede pasar a otra. El orden en que lo hace está
indicado por las flechitas verticales. Se observará que con esa secuencia la
máquina C funciona sin intervalos, pero tanto la A como la B, después de pararse
solas al final de sus respectivas operaciones, tienen que esperar un instante
mientras llega el obrero. Los instantes de funcionamiento trabado se señalan con
un arco gris.
miércoles, 10 de julio de 2013
Trabajo con múltiples máquinas - II
Factor carga
Factor carga es la proporción del tiempo total del ciclo que tarda el
obrero en ejecutar el trabajo necesario al ritmo tipo, durante un ciclo
condicionado por una máquina o proceso.
El factor carga se designa a veces en inglés por voces equivalentes a «grado
de ocupación» o «carga de trabajo». En el caso elemental del obrero con una sola
máquina ilustrado en las figuras 115 y 116, si el tiempo total del ciclo es de
10 minutos y la cantidad de trabajo manual comprendido en el ciclo sólo llega a
1 minuto tipo, el factor carga será de un décimo, o de 10 por ciento.
El factor carga, invertido, indica el número de máquinas que el trabajador
podría teóricamente manejar: en este caso, 10. En la práctica hay que tener en
cuenta otros factores, de modo que el de carga sólo sirve como indicación muy
burda de la posible relación entre máquinas y obreros. No es imposible que los
elementos del trabajo consistan exclusivamente en quitar las piezas acabadas de
máquinas que se han detenido automáticamente, colocar otras y poner de nuevo
el mecanismo en marcha, y si todas las máquinas se parecen y trabajan piezas
prácticamente iguales, tampoco será imposible establecer la secuencia ideal, o
sea la que permita al obrero ocuparse del número de máquinas indicado por el
factor carga invertido.
Con mucho mayor frecuencia, sin embargo, difieren las
máquinas o el trabajo que hacen, y a menudo hay que observarlas mientras
funcionan, con el resultado de que el obrero no siempre puede ocuparse de la
máquina en el momento preciso en que sería necesario. Las demoras que se
producen por ese motivo se denominan interferencias de las máquinas.
martes, 9 de julio de 2013
Trabajo con múltiples máquinas - I
Trabajo con múltiples máquinas es el del obrero que debe ocuparse
de varias máquinas (similares o diferentes) en funcionamiento
simultáneo.
En la sección 3 estudiamos el caso sencillo de un solo obrero que atiende a
una sola máquina. Pero a menudo los trabajadores deben encargarse de varias
máquinas, tal vez de muchas, lo que plantea problemas especiales de estudio del
trabajo.
El ejemplo más común es el de las tejedurías, donde le pueden tocar a un
obrero entre 4 y 40 telares, si no más, según el modelo del telar y las características
del tejido. También ocurre algo parecido en las industrias mecánicas, por ejemplo,
con las máquinas de hacer tornillos o de arrollar bobinas. En esos casos las máquinas casi siempre tienen dispositivos que las detienen automáticamente
cuando acaban el trabajo o cuando sufren averías o funcionan mal.
T
odas estas tareas son ejemplos de trabajo restringido, puesto que en el
rendimiento del obrero influyen factores que no dependen de él. También lo son
las operaciones en equipo, ya se trate de una sola máquina por equipo, o de varias,
o incluso de trabajo sin ninguna máquina, puesto que también puede causar
restricciones la falta de coordinación entre las cantidades de trabajo que deben
ejecutar los diversos integrantes del equipo.
lunes, 8 de julio de 2013
Remuneración del tiempo no ocupado - II
Cada empresa deberá ver que sistema es el más adecuado para ella conforme
a las circunstancias del caso, sobre todo a la medida en que los puestos con mucho
tiempo desocupado sean excepcionales o comunes. A veces se adoptan tasas
variables cuyo monto crece según una curva, pero en general se prefieren las
relaciones lineales, y en todo caso las sencillas.
Al especialista en estudio del trabajo le interesa ante todo la cantidad de
tiempo que se necesita para ejecutar una tarea u operación, y no tanto las
disposiciones que se convengan para pagar ese tiempo. Casi todos los contratos
colectivos de salarios tienen en cuenta la diferencia de calificaciones exigidas por
distintas operaciones fijando tasas diferentes por minuto u hora de trabajo, y hay
muchos factores más que pueden influir en la escala de salarios, pero ninguno de
ellos alterará el cálculo del suplemento por tiempo no ocupado que deberá
incluirse en el tiempo tipo de una tarea.
Ese suplemento es una cantidad de
minutos u horas, y la tarifa a que se paguen tales minutos u horas es algo que se
debe negociar totalmente aparte.
Se dijo que en los casos típicos se pagaban a tasas reducidas los períodos
no ocupados de cierta duración, pero puede ocurrir que en determinados puestos
se justifiquen unas tasas realmente muy elevadas para las dos clases de tiempos,
de tal modo que los titulares acaben cobrando más por un minuto de tiempo
desocupado que otros obreros por un minuto de trabajo efectivo.
Es lo que sucede en el acabado a máquina del árbol de un generador eléc-
trico de turbina. Dicho árbol puede medir varios metros, y al llegar a las últimas
etapas del acabado se habrán invertido en él sumas considerables por concepto
de mano de obra y costo de la materia prima, que es particularmente cara. Como
los errores de fresado pueden inutilizar la pieza íntegra y obligar a desecharla, el
operario lleva una pesada responsabilidad, aunque la operación en sí no sea
especialmente compleja.
A causa de esa responsabilidad, el obrero quizá cobre
tasas más altas, tanto por el tiempo de trabajo como por los lapsos de
desocupación forzosa, que las atribuidas a las operaciones corrientes de torno.
Hay operaciones o tareas «decisivas» análogas en muchas industrias.
domingo, 7 de julio de 2013
Remuneración del tiempo no ocupado - I
Cuando los tiempos tipo se emplean como base de un sistema de remuneración
por rendimiento, el hecho de que se cuenten los tiempos no ocupados (tratándose
de trabajo restringido) puede dar lugar a anomalías en los salarios, a menos que
se tomen ciertas medidas.
Veamos un ejemplo del género de dificultades que se pueden presentar.
Supongamos que en una empresa hay tres puestos a los que se ha fijado un mismo
tiempo tipo de 100 minutos.
En el primero todos los elementos de la tarca son
manuales. En los otros dos el trabajo es de índole restringida y sus respectivos
tiempos tipo comprenden suplementos por tiempo no ocupado, digamos, de
15 minutos para uno y 45 para el otro.
Si los tres obreros efectúan los elementos manuales de sus tareas al ritmo
tipo y toman exactamente los reposos previstos, terminarán su trabajo los tres al
cabo de 100 minutos. Pero el obrero del primer puesto habrá trabajado todo el
tiempo (excepto, claro está, durante el reposo), mientras que los otros dos habrán
estado inactivos 15 y 45 minutos respectivamente. Si el tiempo no ocupado se
paga a la misma tasa que el de actividad, los obreros más recargados de trabajo
pronto quedarán descontentos; los puestos adquirirán fama de «buenos» o
«malos» según la cantidad de tiempo no ocupado que tengan, y será difícil
encontrar candidatos para los «malos».
Esa dificultad habitualmente se supera, no modificando los tiempos tipo,
sino estableciendo tasas diferentes de salario para el tiempo trabajado y el
inactivo. A esos efectos los tiempos tipo, además de expresarse como totales, se
desglosan en dos categorías según se explicó.
En el ejemplo citado, pues, el tiempo tipo de 100 minutos se descompondría,
para los tres casos respectivos, en 100, 85 y 55 puntos de trabajo y 0, 15 y 45 de
inactividad. Cabe señalar de paso que hay otras razones, aparte el tiempo no
ocupado impuesto por la máquina, para acreditar al obrero puntos de inactividad,
por ejemplo, para compensar demoras mientras espera trabajo, instrucciones o la
reparación de una máquina averiada.
El sistema que adopte la empresa para remunerar de distinto modo el tiempo
trabajado y el inactivo es en realidad una cuestión de administración de salarios,
y no de estudio de tiempos, de modo que sale del tema de esta obra. Sin embargo,
es preciso mencionar que todo sistema de esc género debería ser fácil de entender,
de modo que los trabajadores comprendan de inmediato por qué a unas tareas que
llevan el mismo tiempo corresponden salarios distintos. Antes de aplicarlo deberá
ser negociado y acordado con los representantes de los obreros. Según uno de
esos sistemas, que es típico, si los puntos de inactividad equivalen en total a menos
de 5 por ciento de los de trabajo, se pagan a la misma tasa que éstos; cuando
ascienden a 40 por ciento o más de los puntos de trabajo, se pagan a los tres
cuartos de la tasa de éstos, y todos los porcentajes entre 5 y 40 por ciento se pagan
i a tasas intermedias diversas.
sábado, 6 de julio de 2013
Suplemento por tiempo no ocupado
En los diagramas a escala que representan ciclos de trabajo restringido, como los
de las figuras 115 y 116, se acostumbra indicar todos los elementos manuales con
los tiempos que llevarían si se ejecutaran a la cadencia tipo. Es un sistema cómodo
para estudiar los métodos y hacer los cálculos en que se basarán los suplementos
por descanso y sus modalidades de atribución, después de lo cual se podrán ya
determinar los tiempos totales de los ciclos y, consiguientemente, los rendimientos
previsibles.
El paso siguiente consiste en calcular, en minutos reales, el total de los
eventuales tiempos no ocupados. Tratándose de trabajos como los estudiados, esc
total se obtiene restando del tiempo condicionado por la máquina la suma de todos
los períodos de trabajo interior, en minutos básicos, más cualquier fracción de
suplemento por descanso que se pueda aprovechar durante el tiempo condicionado
por la máquina. Nótese muy especialmente que en el cálculo del tiempo no
ocupado todos los elementos de la tarea deben corresponder al ritmo tipo.
Los tiempos tipo de las tareas u operaciones se deben basar en el trabajo
hecho por los operarios - o sea el contenido de trabajo manual de la tarea - y no
en el de la máquina. Cuando la tarca consta únicamente de elementos manuales
(trabajo irrestricto), el tiempo tipo viene a ser una medida del trabajo que contiene
la tarca. Pero en el caso del trabajo restringido el| tiempo tipo expresa algo más.
Recordemos la definición del tiempo tipo:
Para obtener el tiempo tipo atribuible a una operación restringida no basta,
pues, con calcular el contenido de trabajo (que comprende los suplementos por
descanso y la porción de trabajo de los suplementos por contingencias que se
hayan considerado justificados) y con añadirle tal vez algún pequeño suplemento
adicional por demoras, sino que es preciso agregar un suplemento que corres-
ponda al tiempo no ocupado inevitable que pueda haber durante el tiempo
condicionado por la máquina o proceso.
viernes, 5 de julio de 2013
Cálculo de suplementos por descanso - V
El tiempo total del ciclo es el que se debería tardar en terminar la tarea con el desempeño tipo; está compuesto (en el género de operaciones que estudiamos hasta ahora) por el trabajo exterior ejecutado a la cadencia tipo, el tiempo condicionado por la máquina y la fracción de suplemento por descanso que deba concederse fuera del tiempo condicionado por la máquina. Si no hay que prever otros suplementos (por ejemplo, por contingencias) y se dejan unos minutos reales de margen para el tiempo no ocupado, el total del ciclo equivaldrá numéricamente al tiempo tipo atribuible a la operación.
jueves, 4 de julio de 2013
Cálculo de suplementos por descanso - IV
En el caso 3 hay 1,0 minutos del tiempo condicionado por la máquina en
que el obrero no trabaja, y según el método de cálculo ya explicado, se considera
que da 0,75 minutos de «respiro», de modo que el resto del suplemento por fatiga
(0,75 minutos) debe tomarse fuera del tiempo del ciclo. En el caso 4 se parte del
supuesto de que otro trabajador cercano podría ocuparse de la operación si el
titular tuviera que dejar su puesto más de los diez minutos del lapso de inactividad
que ocurre durante el elemento ejecutado por la máquina.
miércoles, 3 de julio de 2013
Cálculo de suplementos por descanso - III
En el ejemplo del fresado, el tiempo de inactividad del obrero sólo era de 0.24.minutos, o sea demasiado poco para contarlo como posible reposo. El trabajo interior se efectuaba en un trecho ininterrumpido de 0,56 minutos, pero en el trabajo con máquinas es normal que, mientras funcionan, el obrero deba ocuparse de ellas o reajustarlas de cuando en cuando o quizá efectuar algún elemento manual con otras piezas, de modo que dentro del tiempo condicionado por la máquina hay varios períodos de trabajo interior y de tiempo no ocupado.Así, pues, la forma en que debe tratarse el suplemento por descanso depende
a la vez de la duración del ciclo y de la modalidad con que se presente el trabajo
interior. Pueden distinguirse cuatro casos:
1. El suplemento por necesidades personales y el suplemento por fatiga deben
ambos utilizarse íntegramente fuera del ciclo de trabajo.
2. El suplemento por necesidades personales debe utilizarse fuera del ciclo,
pero el suplemento por fatiga puede tomarse íntegro dentro de él.
3. El suplemento por necesidades personales y parte del suplemento por fatiga
deben utilizarse fuera del ciclo, pero el resto de este último puede tomarse
dentro del ciclo.
4. El suplemento por necesidades personales y el suplemento por fatiga pueden
ambos utilizarse íntegramente dentro del ciclo de trabajo.
En la figura 116 se ilustran los cuatro casos con cuatro secuencias de opera-
ciones distintas, pero con ciertas características comunes, a saber:
martes, 2 de julio de 2013
Cálculo de suplementos por descanso - II
Es mucho más corriente, sin embargo, sobre todo con ciclos breves, que el
suplemento íntegro por necesidades personales se deba utilizar fuera del ciclo.
En el ejemplo ya ilustrado del taladro, el ciclo, al durar sólo 1,36 minutos, no
deja, evidentemente, posibilidad alguna al obrero de utilizar dicho suplemento en
su transcurso.
Las cosas cambian un poco con el suplemento por fatiga. Es posible utilizar
instantes bastante breves de tiempo no ocupado para combatir la fatiga, a
condición de que el obrero pueda realmente aflojar los nervios y no tenga que
estar siempre alerta o con la atención fija en la máquina y de que disponga de un
asiento cerca.
Se admite que todo período que no pase de 0,50 minutos no se
puede contar como «respiro» y que todo período ininterrumpido igual o superior
a 1,50 minutos se puede considerar como tiempo útil para reponerse. Por
consiguiente, los períodos de 0,50 minutos o menos se descartan; para los
comprendidos entre 0,50 y 1,50 minutos lo corriente es calcular el tiempo
efectivamente utilizable en descansos restando 0,50 minutos de la duración real
del período y multiplicando el resultado por 1,5. A continuación figuran cuatro
ejemplos en que los períodos se sitúan entre 0,50 y 1,50 minutos:
lunes, 1 de julio de 2013
Cálculo de suplementos por descanso - I
En el trabajo restringido es indispensable separar del suplemento por fatiga el
exigido por las necesidades personales, porque este último se debe calcular a partir
no sólo de los elementos de trabajo manual que comprenda el ciclo, sino de todo
el tiempo del ciclo, contando el condicionado por la máquina, puesto que los
porcentajes que se buscan deben corresponder al tiempo pasado en el taller, más
bien que al dedicado de hccho al trabajo.
El suplemento por fatiga, en cambio, es
exigido por el trabajo en sí y se calcula a partir de los minutos básicos
efectivamente dedicados a él.
Aparte esta diferencia, el suplemento por descanso se calcula exactamente
de la manera expuesta en el capítulo 23.
Pero ahí no acaba la cosa. Una vez calculado el suplemento hay que ver
si es dable suponer que el operario podrá utilizarlo, en totalidad o en parte,
dentro del ciclo o si debe ser añadido a la suma del trabajo exterior más el
tiempo condicionado por la máquina, a fin de obtener el verdadero tiempo
del ciclo.
Si el ciclo es muy largo y comprende períodos prolongados de tiempo no
ocupado, el obrero, en ciertas circunstancias, tal vez tenga la posibilidad de utilizar
en su transcurso los suplementos íntegros por necesidades personales y fatiga,
aprovechando los períodos en que no trabaja. Sin embargo, en lo que respecta al
suplemento por necesidades personales sólo se considera que existe tal posibilidad
si los períodos inactivos son suficientemente largos (unos diez o quince minutos),
si son ininterrumpidos y si el obrero puede dejar la máquina sin atender mientras
tanto. Podrá hacerlo sin peligro si la máquina se detiene automáticamente y no
necesita vigilancia mientras funciona, o bien si trabajan cerca otros obreros que
estén organizados para que alguno utilice su propio tiempo no ocupado en atender
a la máquina del ausente. En la industria textil y otras ramas donde las máquinas
funcionan sin interrupción, quizá día y noche, suele haber trabajadores
«flotantes» que suplen a ratos a los titulares de los diversos puestos y mantienen
las máquinas en marcha durante las breves pausas para comer cuando esas pausas
están escalonadas.