domingo, 16 de febrero de 2014

Disociación total mediante la mecanización

Esta solución exige fuertes inversiones de capital. Por consiguiente, para que se justifique su aplicación, los procesos de producción deben caracterizarse por una producción en grandes series, ciclos sumamente cortos y una gran rigidez y monotonía. En estos casos la mecanización se traduce en la eliminación completa de toda intervención humana. No obstante, las nuevas técnicas han permitido ampliar las posibilidades de automatización. 
Los numerosos perfeccionamientos de regulación de máquinas y de aparatos de mantenimiento han permitido en particular la aplicación de la automatización, incluso en la producción de series pequeñas. En muchos casos, ha resultado posible la utilización en escala reducida de los métodos de producción masiva.
El robot industrial es un ejemplo. Antes de su aparición, los sistemas de procesamiento automatizado de piezas no podían adaptarse a las modificaciones de productos y su costo elevado sólo se justificaba en el trabajo con series muy largas. En cambio, el robot industrial es un instrumento flexible para realizar tareas de manipulación; puede ser programado rápidamente y sin grandes dificul- tades para la ejecución de nuevos movimientos o para manipular objetos diferen- tes. De ese modo, el equipo de producción servido por un robot industrial puede adaptarse a variaciones considerables dentro de los límites de una gama de produc- tos, sin que sea necesariamente grande la serie correspondiente a cada variación. 
Así pues, el robot industrial ha abierto el camino a nuevas posibilidades de automatización muy promisorias, tanto en la producción (por ejemplo, amolado, pulido y soldadura eléctrica por puntos) como en el mantenimiento. De igual manera, las técnicas modernas de la información han influido en el desarrollo de los materiales de producción y de mantenimiento en numerosos sectores, y se han incrementado las posibilidades de automatización de tareas en las producciones mixtas. Esta evolución significa, a grandes rasgos, que la función del trabajador se aproximará cada vez más a la de un supervisor. Incluso el trabajo de montaje propiamente dicho, que es quizá el sector más difícil, se ha mecanizado hasta un cierto punto. Por ahora, se trata sobre todo de tareas simples, como el posicionamiento de piezas y el ajuste de tuercas. El progreso es relativamente rápido y, por impulso del progreso técnico, aparecen nuevas posibilidades cada día. El robot dotado de «visión» tiene aplicaciones industriales con extenso campo, puesto que los objetos que se manipulan ya no deben ser posicionados con precisión cada vez: el robot puede «ver» dónde se encuentra el objeto.

No hay comentarios:

Publicar un comentario