domingo, 7 de julio de 2013

Remuneración del tiempo no ocupado - I

Cuando los tiempos tipo se emplean como base de un sistema de remuneración por rendimiento, el hecho de que se cuenten los tiempos no ocupados (tratándose de trabajo restringido) puede dar lugar a anomalías en los salarios, a menos que se tomen ciertas medidas. Veamos un ejemplo del género de dificultades que se pueden presentar. Supongamos que en una empresa hay tres puestos a los que se ha fijado un mismo tiempo tipo de 100 minutos. 
En el primero todos los elementos de la tarca son manuales. En los otros dos el trabajo es de índole restringida y sus respectivos tiempos tipo comprenden suplementos por tiempo no ocupado, digamos, de 15 minutos para uno y 45 para el otro. Si los tres obreros efectúan los elementos manuales de sus tareas al ritmo tipo y toman exactamente los reposos previstos, terminarán su trabajo los tres al cabo de 100 minutos. Pero el obrero del primer puesto habrá trabajado todo el tiempo (excepto, claro está, durante el reposo), mientras que los otros dos habrán estado inactivos 15 y 45 minutos respectivamente. Si el tiempo no ocupado se paga a la misma tasa que el de actividad, los obreros más recargados de trabajo pronto quedarán descontentos; los puestos adquirirán fama de «buenos» o «malos» según la cantidad de tiempo no ocupado que tengan, y será difícil encontrar candidatos para los «malos». 
Esa dificultad habitualmente se supera, no modificando los tiempos tipo, sino estableciendo tasas diferentes de salario para el tiempo trabajado y el inactivo. A esos efectos los tiempos tipo, además de expresarse como totales, se desglosan en dos categorías según se explicó. En el ejemplo citado, pues, el tiempo tipo de 100 minutos se descompondría, para los tres casos respectivos, en 100, 85 y 55 puntos de trabajo y 0, 15 y 45 de inactividad. Cabe señalar de paso que hay otras razones, aparte el tiempo no ocupado impuesto por la máquina, para acreditar al obrero puntos de inactividad, por ejemplo, para compensar demoras mientras espera trabajo, instrucciones o la reparación de una máquina averiada.
El sistema que adopte la empresa para remunerar de distinto modo el tiempo trabajado y el inactivo es en realidad una cuestión de administración de salarios, y no de estudio de tiempos, de modo que sale del tema de esta obra. Sin embargo, es preciso mencionar que todo sistema de esc género debería ser fácil de entender, de modo que los trabajadores comprendan de inmediato por qué a unas tareas que llevan el mismo tiempo corresponden salarios distintos. Antes de aplicarlo deberá ser negociado y acordado con los representantes de los obreros. Según uno de esos sistemas, que es típico, si los puntos de inactividad equivalen en total a menos de 5 por ciento de los de trabajo, se pagan a la misma tasa que éstos; cuando ascienden a 40 por ciento o más de los puntos de trabajo, se pagan a los tres cuartos de la tasa de éstos, y todos los porcentajes entre 5 y 40 por ciento se pagan i a tasas intermedias diversas.

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